Propone: Iván
PANTALONES DE CUELLO VUELTO
Comenta: Rubén
Solamente
Iván era capaz de proyectar una película de serie B en el cineclub y que nos
gustase (aunque Julián nos trajo La noche del demonio con resultados muy
parecidos pero el Mito del Ivanazo tira mucho). Una película sin pretensiones,
sin calidad, pero con todos los tópicos del cine de los cincuenta: moda rocker,
persecuciones en coches y carreras al volante, tintes de novela negra venida a
menos, bandas de rock o swing con trombones de vara y unos actores que llevan
pantalones de cuello vuelto y actrices que caminan de puntillas con soberbio
estilo. Pero todo dignamente armónico, eso sí; pues nadie destaca por grandes
interpretaciones, el vestuario no es ostentoso, los decorados son sencillos...
todo en su justa medida.
¿Y cuál
fue semejante film capaz de cautivar los corazones hoscos del Golfa? Pues ni
más ni menos que Daddy-“O”, película del año 1958, dirigida por Lou
Place y protagonizada por el acordeonista (sí, sí, acordeonista) Dick Contino
que interpreta (no sé si poner comillas) al camionero Phil Sandifer, quien se
dedica a cantar con su banda en los ratos libres; y que acabará metido en unos
turbios asuntos al margen de la ley y envuelto en el asesinato de su mejor
amigo (otro topos koinos) que deberá investigar con la ayuda de la rubia
explosiva de la película (ésa que camina de puntillas como si estuviera pisando
uvas en el lagar), la que primero lo desprecia y luego lo ama, interpretada por
Sandra Giles en el papel de Jana Ryan, si quiere el buen muchacho dejar de ser
sospechoso. La trama se complica hasta que la película se dirime con una pelea
tan absurda como forzada en el guión. No faltan, evidentemente, malos muy malos
con cara de malos, secuaces gorilas sin cerebro y mafiosos al puro estilo de
Las Vegas que necesitan chófer privado para sus envíos secretos.
Material promocional de la película
Sin
embargo la película tiene ese aire de serie B que te resulta entrañable desde
el principio con esos créditos de inicio mientras una rueda de coche gira sobre
el asfalto que ya auguran lo que luego ves pero que logró más éxito del
esperado y así es recordada, por ejemplo, en Pulp Fiction, mediante el
cartel de la película en el bar retro. No llega a ser considerada película de
culto, pero tiene esa nostalgia de película que todos recuerdan.
Lo mejor de la película, sin duda la banda
sonora que por cierto fue la primera de John Williams, toda ella salpica con
notas del mejor swing cincuentón; y que como el protagonista es cantante y
actúa con su grupo en varias ocasiones en el transcurso de la acción le viene
muy bien a Williams, pues le permitió desarrollar una espléndida banda sonora y
al espectador le sirve para deleitar su oído mientras descansan sus ojos.
Por
cierto, la traducción de Daddy-O vendría a ser como el actual: colega o
tío pero en los años cincuenta, y mucho más cooler, y actualmente sirve
para el sensual “papito”. La
película ha sido emitida en el programa MST3K (Mystery Science Theater 3000),
una serie cómica de culto de la televisión americana donde un supuesto
científico loco obliga a sus robots a ver las peores películas de la historia,
y aquí os dejo el enlace para vuestro deleite:
NI SIQUIERA LA PEOR
Comenta: José Antonio
Hay quienes dicen que hay películas que de tan malas que son
se convierten en buenas, aunque la verdad no es una opinión que comparta. Creo
que la falta de pretensiones en algunas películas a veces se agradece y su
mayor virtud es disfrutar del arte de contar historias. Películas malas hay
muchas, pero algunas de tan malas que son se han llegado a convertir en obras
de culto. Es precisamente el caso de la peli del comentario de hoy: Daddy’O,
que nos trajo Iván a nuestro cineclub.
El prota, de profesión acordeonista
Poco hay que destaque de la peli, salvo que está tan mal
contada que llega a provocar la hilaridad en algunos momentos. Secuencias mal
montadas, diálogos supermanidos, situaciones absurdas, escenas de acción tan
sosas que provocan el tedio. Sólo hay que destacar que fue la primera banda
sonora compuesta por John Williams, hoy convertido en uno de los grandes
músicos del séptimo arte. Daddy’O es una película de serie B de los años 50
destinada al público adolescente para su consumo preferentemente en autocines y
creo que salida de la factoría de Roger Corman (el rey del cine de bajo
presupuesto), aunque este tipo de cine siempre ha estado más asociado al terror
y a la ciencia ficción. Una trama
policíaca mezclada con un poquito de rock and roll. Su protagonista es un
camionero que es sus ratos libres es cantante y conductor de coches deportivos
que se ve envuelto en una trama de crimen organizado. Ni su director, Lou
Place, ni la mayor parte de su reparto
han tenido vida mucho más allá de este engendro. Una de las actrices
protagonizó un año después “Adolescentes del Espacio Exterior” y hay un tal
Jack McClure, cuyo apellido es sospechosamente parecido al de cierto actor de
videos educativos que aparece en Los Simpsons.
En Ed Wood, Tim Burton nos contaba la biografía del que era
considerado el peor director de la historia del cine. Alrededor de su figura,
Burton lograba crear un universo propio, dando valor a una obra que por sí
misma no tenía ninguno. En el caso de Daddy’O, su mediocridad ha hecho que se
creen grupos de fans que se juntan para reírse de ella. Hay tiendas de ropa que
han adoptado el nombre y que ofrecen prendas de los años 50. Personalmente, yo
recomendaría antes otros títulos como “Rebelde sin causa” (por citar alguna
obra maestra) o cualquiera de Elvis Presley (que aunque la carrera
cinematográfica del rey del rock no es
ninguna maravilla, al menos tiene más interés que esto). Lou Place y su trouppe
han creado una película tan mala que ni siquiera han conseguido que tenga el
interés de ser la peor. Y lo dice alguien que sí ha padecido “Plan 9 del
Espacio Exterior”.
6 comentarios:
Vaya pues al final sí que han sido muy distintos los dos comentarios.
Distintos, sí; pero en el fondo con la misma idea.
He de decir que el famoso personaje Troy McClure está inspirado en el otro actor Doug McClure (que no sé si será pariente del de la película) y Troy Donahue.
No creo que la idea sea la misma, Rubén se deja llevar (o cegar) por el sentimiento nostálgico que hace bueno lo que es malo, y José Antonio es más realista. Aún así, añado que a mi la película me hizo gracia.
Yo añadiría que comparar Daddy-O con La noche del demonio no tiene ningún sentido. Esta última cuenta con unos valores cinematográficos muy por encima de los de la cinta que nos ocupa, y si bien su presupuesto fue bajo, nadie niega hoy el talento de su director, que ha sido reivindicado por más razones que por ese cierto encanto de lo cutre que ve la gente a Ed Wood y similares.
Me ha gustado la idea de confrontar dos visiones de la misma película, igual repetimos en el futuro, aunque igual con la lista demasiado larga de películas pendientes de comentario sería más operativo adelantar títulos y no duplicarnos. ¿Qué opina el respetable?
Si coincide que dos van a hacer conentarios distintos sobre una misma peli, puede ser interesante. Como tenía el comentario prácticamente hecho en mi cabeza me animé a hacerlo en un momento. Será más viable cuando logremos poner el blog al día.
Eso del blog al día resulta mucho mas gracioso que esta penosa película.
¡A ver si nos animamos algunos y volvemos a colaborar con los post!
Gracias por el enlace RubEn.
Me gusta la idea de dos comentarios uno a favor y otro en contra. Estoy muy de acuerdo con los dos.
Fdo: el acordeonista.
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