miércoles, 22 de julio de 2009

HISTORIAS DE PELUQUERÍA


Propone: Belén
Comenta: Pepe
Una agradable sorpresa nos deparó Belén en su última aportación a la cosa esta del cineclub. El marido de la peluquera es una pequeña película en pretensiones y brevedad, lo cual es muy de agradecer en los tiempos que corren, que consigue emocionar con su sensibilidad estética y su erotismo de bajo voltaje, su atmósfera onírica a medio camino del Fellini de Amarcord y el Bigas Luna de Jamón Jamón (con quien comparte actriz, Anna Galiena), su historia sencilla y su ritmo pausado, su sorprendente final, que sin embargo es coherente con lo que íbamos viendo, con esa especie de tristeza, de angustia, que vive agazapada en cada una de sus imágenes…

Se trata de una película francesa del año 1990, y supuso el mayor éxito hasta la fecha de su realizador, Patrice Leconte, que después ha hecho películas como “el perfume de Ivonne”, que intentaba seguir los parámetros artísticos de esta peluquera y su esposo, sin conseguirlo, o “Ridicule”, reconstrucción historicista del versalles dieciochesco y su obsesión por las formas, por citar las más conocidas. Las que yo he visto no están mal, son lo que los críticos calificarían como “películas correctas”, pero nunca comparables en resultados, éxito y reconocimiento al film que nos ocupa. Y es que hay películas que no se sabe por qué tienen un encanto especial, una especie de estado de gracia que las hace diferentes, y que cuando se intenta repetir es muy raro que funcionen. ¿Será eso la tan traída y tan llevada magia del séptimo arte?

A grandes rasgos, la película cuenta la historia de un hombre cuya única ambición en la vida, su única vocación desde la infancia, es convertirse en el marido de una peluquera y observarla embelesado desde los asientos de la zona de espera, porque ya de pequeñito iba más de la cuenta a cortarse el pelo, obsesionado con los generosos pechos de la peluquera del pueblo, una maternal señora entrada en carnes, cuyo destino se repetirá en el de la esposa del protagonista. Estoy intentando hacer malabarismos para no contar el final, pero los que hayáis escuchado la canción que Pedro Guerra dedicó a la película, sabréis ya como acaba todo.

En suma, una hermosa historia de amor, alejada de tópicos, sensible pero no sensiblera, sencilla y conmovedora, rebosante de vida y a la vez atravesada por una profunda tristeza, con la idea final de que a veces no sabemos disfrutar de lo que tenemos porque nos paraliza el miedo a perderlo. Eso es lo que nos enseña esta película, si es que queréis buscarle alguna enseñanza.

jueves, 16 de julio de 2009

LÉOLO

Propone: Amalia
Comenta: Juli

La primera vez que vi esta película, en el año de su estreno en España, quedé maravillado. Normalmente, cuando digo algo así, suelo hacerlo con cierto tonillo irónico, pero esta vez no hay nada de ironía en estas palabras.
Sí, la película me gustó mucho por su originalidad y por el tratamiento de una historia llena de ternura y buen humor, en que el protagonista es un niño que crea su propio universo y así, consigue para huir de la dura realidad en que vive su familia.
Recordaba la ternura de la película y un par de detalles que me habían llamado la atención: la violación del hígado de ternera y la historia del dibujo sin dibujo que resultó ser un conejo blanco en la nieve (supongo que sería un conejo con los ojos cerrados).

La segunda vez que vi esta película fue en el GOLFA, y tengo que decir que me volvió a encantar.
Léolo es Leo, un niño canadiense con una gran imaginación y en plena pubertad, con el despertar de las pasiones que le empiezan a alejar del candor de la niñez. Se hace llamar así porque inventa (¿o no?) una estrafalaria historia sobre su propia concepción, y es que su madre fue un día al mercado sin bragas, y lejos de pensar que se enrolló con el frutero, cayó sobre un carro lleno de tomates impregnados del semen de un italiano hortalizófilo, que disfrutaba masturbándose entre estos colorados ingredientes de sabrosas ensaladas, las cuales no hace falta aliñar.

La película es una historia preciosa del difunto Jean-Claude Lauzon, cuya maestría reside, principalmente en la creación de los personajes, a los que dota de una gran riqueza de matices: desde el abuelo salido, hasta el poeta urbano que busca cartas en la basura para tratar de recrear las vidas ajenas, pasando por su vecina Bianca, de la que Léolo está enamorado, su padre, obseso de la mierda (que no obseso de mierda), su hermano culturista miedica, su madre oronda y sus hermanas locas de atar.

Aquí os dejo un enlace donde podéis leer más sobre la película.

http://www.arrakis.es/~maniacs/Leo1.htm

lunes, 13 de julio de 2009

Redención imposible

Propone: Amalia
Comenta: Jose Antonio

Tom tiene un sueño. Quiere ser pianista, como lo fue su madre ya fallecida . El problema es que su trabajo no le deja dedicarse a esta afición. Trabaja como extorsionador. Da palizas a esos inquilinos gorrones que no quieren irse de sus casas impidiendo a los caseros forrarse a base de especular con el terreno. Esta otra faceta laboral le viene heredada de su otro progenitor, su padre, con el que no tiene una relación muy buena que digamos. En secreto, contrata a una profesora vietnamita para que le dé clases de piano.

“De la latir mi corazón se ha parado”, película francesa del año 2005. Esta es la propuesta que nos trajo Amalia a los Golfa antes de irse a otras tierras. Se trata de una versión de “Melodía para un asesino” película americana de los años 70 que tenía a un jovencísimo Harvey Keitel como protagonista. Parece que esta vez es el cine francés el que se dedica a versionar al americano, en contra de la costumbre habitual. En esta versión, el actor Romain Duris es el que se encarga de encarnar a este malogrado pianista vocacional.

Para mí, el problema de esta película es que tiene como protagonista a un macarra detestable. Tom trata de conseguir la redención a través de la música, pero su carácter pendenciero le tiene condenado a no ser más que un matón barato. La consecuencia negativa para la película es que te acaba importando un pimiento todo lo que le ocurra y, por tanto, la historia va perdiendo interés por momentos.
El protagonista se avergüenza de que sus amigos sepan cuál es su afición y trata de ocultárselo; cuando de lo que debería avergonzarse es de la profesión que tiene. A veces, las circunstancias de la vida nos obligan a dejar de lado aquello que nos gustaría hacer y acabamos en otros menesteres. Durante un tiempo, Tom intenta salir de ese mundo de violencia en el que está inmerso, para hacer aquello que realmente le hace sentir bien. La profesora vietnamita de piano, que habla ni papa de francés, logra conectar con él y en ocasiones no solo templa sus sentidos artísticos, sino también su faceta más salvaje. Aunque la película tiene un final abierto, creo que deja bien claro que la faceta violenta del personaje vence claramente a la artística y no hay redención posible para Tom. Pese a todos sus intentos, siempre será un macarra pendenciero y no un sensible pianista. Mientras tanto, el espectador asiste indiferente al resultado de este combate.

domingo, 5 de julio de 2009

Cine negro en el instituto

Propone: Iván
Comenta: José Antonio

En la novela, el cine y la televisión, entre otros, siempre han sido recurrentes las historias de un grupo de chavales dedicados a investigar crímenes como hobby favorito entre clase y clase de instituto. En una de las últimas propuestas de Iván para el Cinegolfa, “Brick”, se ha tratado de dar una vuelta de tuerca más a este género, contando la historia en la mejor tradición del cine negro. Los chavales hablan como si estuvieran en el Halcón Maltés o en Chinatown. Una historia de instituto en el que hay por en medio trasfondo de drogas y de prostitución, mujeres fatales, protagonistas perdedores que quieren averiguar lo que le pasó y malos muy maquiavélicos a los que su madre les prepara el desayuno en un tazón de cereales.

Esto en suma es “Brick”, primera película dirigida por Rian Johnson en el año 2005 y con vocación de cine independiente americano, Aunque la propuesta es interesante, para mi gusto la película no está muy bien rematada y podría dar muchas más cosas de las que promete. También en algunos momentos la trama se vuelve tan enrevesada que se sigue con un poco de dificultad. Pero afortunadamente para todos, no alcanzó la categoría para ser calificada como un “ivanazo”.

El protagonista está interpretado por Joseph Gordon-Levitt, el estudiante modelo del instituto y el favorito del director, que se ve inmerso en una trama de lo más oscura el día que su ex novia desaparece. Su nombre me lleva a series juveniles como Sensación de vivir, porque se llama Brendan. No sé si es intencionado o no. A pesar de que ella pasaba claramente de él, está determinado en llegar hasta el final aunque para ello se lleve todas las hostias del mundo. No sé quién se llevaba más guantazos en una peli, si Gabriel Byrne en Muerte entre las Flores, o éste. El malo-malísimo es Lucas Haas, el típico niño de películas de los años 80 entre las que se encuentra Único Testigo. Aquí parece que ha dejado de lado a los amish para controlar una red de drogas y prostitución en el tranquilo pueblecito. La investigación del protagonista removerá las cloacas del submundo de la delincuencia provocando una guerra de bandas.