viernes, 26 de junio de 2015

CABALLOS, HOMBRES Y VICEVERSA

Propone: Manu
Comenta: Juli

Cuando te dicen que vas a ver una película islandesa, de 2.013, de un director novel y que obtuvo el premio al mejor director debutante en el Festival de Cine de San Sebastián, el acto reflejo que acude a tu cuerpo es santiguarte, por muy ateo que seas.

Manu vive el cine con pasión, y le gusta descubrir pequeños tesoros en forma de películas. Arriesga cada vez que viene al CineGolfa con historias sorprendentes y/o inverosímiles, y no siempre obtiene el reconocimiento de los demás Golfantes, aunque esta vez, con una de esas “raruneces” titulada De caballos y de hombres, nos hizo a todos pasar un buen rato.

Contrariamente a lo que puede hacer pensar el título, no es una historia de zoofilia gay, sino un relato sobre la supervivencia de un grupo de personas en el entorno hostil y aislado en que viven. Y es que no es cierto aquello que dijo Fray Luis de León sobre la descansada vida de los que viven lejos del mundanal ruido. Se nota que este fraile no se dio una vuelta por las zonas rurales de Islandia.

En esta remota isla hay una raza autóctona de caballos, pequeños y robustos, que se adaptan al clima extremo del país, con frío de día y mucho frío de noche. En el pequeño pueblo donde transcurre la acción la vida gira en torno a ellos, y es un acontecimiento digno de admirar el paseo matutino del soltero del pueblo, ataviado con sus mejores galas, a lomos de su hermosa yegua para visitar a una viuda que lo pretende. Y es que la vida solitaria es muy dura en aquellas latitudes, y siempre viene bien arrimarse al calorcito de otro cuerpo. Tras varios incidentes o accidentes, narrados con gran comicidad, el número de viudas se multiplica, y es curioso ver cómo todas, incluso con el cadáver del marido de cuerpo presente, le empiezan a poner ojitos al galán. ¿Y quién consigue hacerle vencer su timidez? Invito al lector a que vea la película, si no la ha visto ya, y lo averigüe.

Mención especial merece la escena del desvirgamiento de la yegua. Como diría Chiquito de la Calzada: “Caballo negro, caballo blanco” y hasta ahí puedo leer…

1 comentario:

Anónimo dijo...

No puedo no puedo
Ese caballo viene de Bonanzaaaaaa