lunes, 26 de noviembre de 2007

Pauline en la playa

En su última elección Iván nos trajo “Pauline en la playa”, una película dirigida en 1983 por el cineasta francés Eric Rohmer y que obtuvo una buena acogida en nuestro cienclub. La peli nos presenta a una serie de personajes y sus relaciones en el final de un verano en la costa. Esta especie de verano azul de autor se convierte en una deliciosa comedia sobre la forma que tiene cada uno de ellos de enfrentarse a esa cosa tan rara e inaprensible que son las relaciones personales: la atracción, el deseo o el amor están presentes, pero como cada uno busca una cosa, ninguno acaba de conseguirla, en especial el pobre Pierre, que es como si se pasara toda la película con dolor de huevos, si me permitís la expresión.

En la confrontación entre el punto de vista de los adultos y el de los adolescentes (sobre todo de Pauline, la que acaba siendo la más madura de todos, o por lo menos la menos patética) y en la tensión sexual de atracciones no consumadas es donde residen los puntos fuertes de la cinta, que se hace entretenida a pesar de su tremenda sencillez formal y de que sus personajes se pasan más tiempo hablando que actuando.

viernes, 16 de noviembre de 2007

Empieza el ciclo 7 (con cantos gregorianos)

El VII ciclo de nuestro cineclub es un ciclo lleno de citas importantes. A lo largo del mismo cumpliremos 2 años, pondremos la película número 100 a concurso, se celebrará el segundo maratón y será el primer ciclo con dieciséis películas.

Iremos informando puntualmente de todos estos acontecimientos, pero para empezar, dejadme que os hable de la película que puso Miguel para inaugurar el ciclo. Se trata de El gran Silencio, documental dirigido por Philip Groening que nos muestra la vida en un monasterio cartujo en el que sus habitantes han hecho voto de silencio. No es una película fácil, ya que no tiene voz en off, ni entrevistas, ni nada que no sean las imágenes del quehacer cotidiano de estos monjes repetido una y otra vez, de tal manera que el montaje de la película se basa en la repetición como la propia vida de las personas que nos retrata. Se podría discutir si la sensación final es de sosiego y paz o de tedio y agobio, a mi juicio podrían haber sido menos los 167 minutos de metraje, pero más allá de ese detalle, la película tiene cosas interesantes, como el trabajo con la luz (toda natural) que a mi me recordaba a las pinturas del pintor barroco español Francisco de Zurbarán. Os dejo unos ejemplos de su arte, para que me digáis si estoy en lo cierto o ya me rallo demasiado.




martes, 13 de noviembre de 2007

NOMINACIONES

Estimados Sres. miembros del cineclub:

En la próxima sesión ordinaria procederemos a votar las nominaciones para la sexta edición de los premios del cineclub. Las categorías serán las mismas, y aquí tenéis las películas con su orden correcto y un enlace con el post que las comentaba. Podéis opinar, y hacer campaña, tanto como queráis:

El amor perjudica seriamente la salud
Hedwig and the angry inch
El cielo sobre Berlín
El lado oscuro del corazón
La jungla de asfalto
Drácula de Bram Stoker
Amadeus
La edad de la inocencia
Permanent vacation
El séptimo sello
La noche del cazador
El imperio del sol
El gran salto
Uno, dos, tres
Bailando en la oscuridad

lunes, 12 de noviembre de 2007

Tres eran tres

Hola amiguitos, os tengo un poco olvidados últimamente, y os debo, entre otras cosas, una pequeña mención a las películas que nos falta comentar antes de las nominaciones. Ahí van:

1.”La noche del cazador” es la única película como director del actor Charles Laughton, hecho propiciado por el rotundo fracaso de público y crítica que cosechó en su día. Sin embargo, las opiniones sobre la película han ido cambiando a lo largo de los años hasta convertirla en eso que llaman un film de culto. Esta especie de cuento de hadas siniestro, lleno de perversión y de maldad, está atravesado por una atmósfera oscura y perturbadora, como un aire de irrealidad muy bien conseguido. El juego de claroscuros, los contraluces, las marcadas sombras y los estilizados decorados con toques expresionistas dan a la cinta ese aspecto de cuento gótico y te enseñan el mundo (o te transmiten la angustia) a través de los ojos de los niños protagonistas. Os dejo unas imágines de turbadora belleza para que entendáis mejor lo que intentaba expresar con mis torpes palabras.

2.En “El imperio del sol”, volvimos al universo de la infancia, esta vez de la mano del todopoderoso Spielberg, que nos cuenta el proceso de aprendizaje vital de un chaval británico en la China ocupada por los japoneses durante la Segunda Guerra Mundial. A pesar de su habitual grandilocuencia, y de su tendencia a pasearse por el filo del ridículo en las escenas melodramáticas, Spielberg sale airoso (esta vez) y nos deja una cinta cargada de sensibilidad y espectacularidad a partes iguales, que bebe directamente en las fuentes del mejor David Lean. La banda sonora de Jonh Williams es de las mejores de su carrera, y eso es decir mucho. Un ejemplo de lo buenos que pueden ser estos dos cuando trabajan juntos:


3.Desde los tiempos de Elvis (o de Marisol), toda estrella de la canción que se precie tiene que tener su película. Pero la islandesa Bjork, antes muerta que sencilla, no podía conformarse con un “Buscando a Susan desesperadamente”, así que de la mano del danés Lars von Trier, hizo “Dancer in the dark”, un musical con banda sonora de su creación, en el que se mezclan bonitos bailes y melodías con una sórdida, truculenta y tristísima historia de asesinatos, cegueras y penas de muerte. La verdad es que al final consigue emocionar, así que no se puede decir que no cumpla con su cometido, a pesar de que pueda parecer de entrada una película un pelín pretenciosa de más.

Por cierto, que Bailar en la Oscuridad fue la primera película programada por el nuevo miembro del cineclub, al que damos la bienvenida calurosamente seguros de que va a aportar nuevas y refrescantes ideas a la vez que interesantes películas. Bienvenido, David.

lunes, 5 de noviembre de 2007

Puesta al día

Como últimamente andamos un poco a salto de mata, nos hemos ido dejando en el tintero parte de este ciclo. Como estas pelis olvidadas entran en la carrera de las nominaciones, no sería justo que no hiciéramos ni siquiera una pequeña mención. En un par de posts nos ponemos al día, y ya nos ponemos con el séptimo ciclo, que os adelanto que empezó fuerte en el día de ayer. Pero antes acabemos con el sexto:

En Permanent Vacation, Jim Jarmusch nos muestra a un joven turista vital (según sus palabras, que dan título al film) que vaga por un Nueva York de aspecto postapocalíptico cruzándose con personajes enajenados por una supuesta guerra que no llegamos a saber si es real o fruto de la locura de los protagonistas.

Julián dijo de ella: “Para decir que es un bodrio tendría que ser larga, pero como es corta sólo diré que se me hizo larga”. En mi opinión no merece tanta dureza. En realidad no es más que un proyecto de fin de curso con más pretensiones que logros.

Sin embargo, El Séptimo Sello, de Ingmar Bergman, sí son palabras mayores. Es una sublime reflexión sobre la vida y la muerte, las diferentes formas de enfrentarnos a ella, y sobre si merece la pena tanto calentamiento de cabeza. Al final resulta que, como dice muy acertadamente el escudero del caballero protagonista: “por más vueltas que des, el trasero siempre lo tienes detrás”. Así es como una película que reflexiona sobre la muerte se puede convertir en una celebración de la vida.

La diferencia entre estas dos películas es la diferencia entre el querer y el poder.