lunes, 29 de octubre de 2007

Tres en uno (imprescindible etiqueta)

Tres sesiones consecutivas nos trajeron tres buenas muestras de lo que se conoce como cine de época. Un despliegue impresionante de trajes largos y espectaculares ambientaciones que nos trasladan a tiempos pasados de formas muy diferentes, y un despliegue de grandes nombres de las últimas décadas de la historia del cine. Con mayúsculas, por supuesto: COPPOLA, FORMAN, SCORSESE. Estos tres títulos que comparten la espectacularidad de su puesta en escena son: Drácula de Bram Stoker, Amadeus y La edad de la inocencia.

En su Drácula, Coppola le da una vuelta de tuerca al mito vampírico por excelencia, siguiendo la estructura del libro de Stoker para introducir una lectura novedosa y presentarnos a un conde transilvano que ya no es meramente la encarnación del mal absoluto, sino un ser atormentado y enamorado, escindido entre su sed de sangre y su deseo de amar más allá del tiempo, todo ello condensado en un bello final que se aleja del tópico del vampiro para acercarse al de la bella y la bestia.

En Amadeus, Milos Forman hace un retrato biográfico de Mozart marcado por una cuidadosa recreación histórica, a través de los ojos de su mayor enemigo, que a la vez es su mayor admirador. Un soberbio F. Murray Abraham da vida a este Salieri atormentado por ser el único que reconoce el talento inmenso de un petimetre al que aborrece, justo el talento que a él le falta.


En La Edad de la Inocencia, Scorsese nos presenta una historia de amor no consumado en la alta sociedad neoyorquina de finales del siglo XIX. Basada en la novela de Edith Warthon, nos sumerge en una sociedad de buenas formas y amables maneras que apresa a los protagonistas con una férrea muralla de convenciones sociales y sutilezas, que no por sutiles son menos eficaces. En la que posiblemente sea la mejor interpretación de su carrera, Wynona Ryder, en su papel de prometida de Daniel Day Lewis y a la que vimos también en Drácula, es la perfecta personificación de esa hipócrita sociedad cuando a lo largo de la película se va mostrando que tras su máscara de absoluta inocencia esconde una mujer manipuladora y fría, consciente del status quo del mundo en que se mueve y dispuesta a preservarlo a toda costa.

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