Comenta: Juli
La primera vez que vi esta película, en el año de su estreno en España, quedé maravillado. Normalmente, cuando digo algo así, suelo hacerlo con cierto tonillo irónico, pero esta vez no hay nada de ironía en estas palabras.
Sí, la película me gustó mucho por su originalidad y por el tratamiento de una historia llena de ternura y buen humor, en que el protagonista es un niño que crea su propio universo y así, consigue para huir de la dura realidad en que vive su familia.
Recordaba la ternura de la película y un par de detalles que me habían llamado la atención: la violación del hígado de ternera y la historia del dibujo sin dibujo que resultó ser un conejo blanco en la nieve (supongo que sería un conejo con los ojos cerrados).
La segunda vez que vi esta película fue en el GOLFA, y tengo que decir que me volvió a encantar.
Léolo es Leo, un niño canadiense con una gran imaginación y en plena pubertad, con el despertar de las pasiones que le empiezan a alejar del candor de la niñez. Se hace llamar así porque inventa (¿o no?) una estrafalaria historia sobre su propia concepción, y es que su madre fue un día al mercado sin bragas, y lejos de pensar que se enrolló con el frutero, cayó sobre un carro lleno de tomates impregnados del semen de un italiano hortalizófilo, que disfrutaba masturbándose entre estos colorados ingredientes de sabrosas ensaladas, las cuales no hace falta aliñar.
La película es una historia preciosa del difunto Jean-Claude Lauzon, cuya maestría reside, principalmente en la creación de los personajes, a los que dota de una gran riqueza de matices: desde el abuelo salido, hasta el poeta urbano que busca cartas en la basura para tratar de recrear las vidas ajenas, pasando por su vecina Bianca, de la que Léolo está enamorado, su padre, obseso de la mierda (que no obseso de mierda), su hermano culturista miedica, su madre oronda y sus hermanas locas de atar.
Aquí os dejo un enlace donde podéis leer más sobre la película.
http://www.arrakis.es/~maniacs/Leo1.htm
3 comentarios:
Muy bien Julián. Yo la verdad me veía incapaz de comentar la película, no porque no me haya gustado sino que simplemente no sé qué decir de ella.
P. D.: ¿Qué le dice Torrente a Leolo?
-¿Nos hacemos unas pajillas?
Creo, Julián, que el día que viste por primera vez esta película estaba contigo en el cine. Y a mí también me encantó. A ver si le saco tiempo a los mellizos y vuelvo a verla
Hola Julian
¡Que grande eres! Después de leer tu descripción de la película, tengo ganas de verla. Ya te comentaré lo que me parece. Eso si, espero saltarme el detalle de la violación del hígado, me da cosa pensarlo.
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