Comenta: José Antonio
Llevamos uno de los
ciclos más videocluberos que se recuerdan en nuestro cineclub. Basta mirar la
columna de la derecha y echar un vistazo a los últimos títulos para
comprobarlo. Dentro de esta racha, nuestro amigo Juli antes de su boda vino a
traernos la que hasta que acabe este mes será la última de la saga Bond:
Quantum of Solace. Este comentario viene al pelo porque hace nada el agente
británico acaba de cumplir cincuenta años en el cine. James Bond se enfrentó
con el Doctor No el mismo día que los Beatles sacaron su primer single a la
calle. Pedazo de dato.
La franquicia ha
sabido ir adaptándose a los nuevos tiempos renovándose cada cierto tiempo. Sean
Connery, George Lazenby, Roger Moore, Timothy Dalton y Pierce Brosnan se han
enfundado en la saga oficial el smoking negro para combatir a archivillanos
megalómanos que querían conquistar el mundo. En 2006, el testigo pasó a manos
de Daniel Craig que inició una de las renovaciones más radicales que se han
hecho de la saga. Más duro que ninguno, más cínico, más brutal. Casino Royale
fue la película que reinició la saga desde el principio. Era la primera novela
que se publicó sobre el personaje y aún no se había llevado al cine en la saga
oficial. (Extraoficialmente está el Casino Royale de 1967que protagonizó David
Niven y era una parodia de las pelis de Bond. Basta este dato para entenderlo:
El villano de turno era Woody Allen).
Al final de la nueva
Casino Royale vemos cómo Bond pierde a la chica que ama y que además le había
traicionado, por lo que el agente doble cero inicia la venganza contra los que
considera los responsables de su muerte. Y esto nos lleva al principio de
Quantum of Solace, que continúa directamente este argumento. La revancha de
Bond contra los que mataron a Vesper le lleva a encontrarse con un complot de
la organización enemiga a la que persigue para hacerse con el control de un
país sudamericano. Tenemos a un Bond mucho más oscuro, movido por la venganza,
cuya misión se ha convertido en algo personal, hasta el punto de que el
servicio secreto británico le suspende de su puesto. Uno de los fallos de la
película es que da por supuesto que uno se acuerda de todo lo que ha pasado en
Casino Royale, por lo que muchas veces da la sensación como de que se han
saltado algo. Quizá también sea un recurso para disimular que la pretendida
continuación está un poco cogida con pinzas.
Sin embargo, nada de
lo que se cuenta es tan nuevo como parece. En el primer relevo de Bond, cuando
el papel pasó de Sean Connery a George Lazenby en "Al servicio de su
majestad", veíamos al agente británico casarse. La señora Bond moría
asesinada al final de la película a manos de Spectra, la malvada organización
contra la que lucha el agente británico. El desastroso carisma de Lezenby para
interpretar a Bond provocó el retorno de Sean Connery al personaje en la
siguiente película. El matrimonio de Bond pareció un tema tabú que se obviaba
en la saga. Parecía como si se hubiera corrido un tupido velo. Pienso yo que la
culpa no era de la idea del Bond casado, sino más bien la falta de carisma del
actor. En la primera escena de la peli veíamos como a Bond le quitaban a su
último ligue delante de las narices. "Al otro Bond no le pasaba
esto", decía Lacenby con cara de circunstancias. El tema de la muerte de
la esposa del agente secreto no se recuperó hasta los años 80, cuando Roger
Moore ya llevaba cinco películas como Bond. Fue en "Solo para sus
ojos". En la secuencia de acción que suele servir como prólogo a las pelis
del agente, James Bond está en el cementerio visitando la tumba de su mujer
cuando es atacado por el líder de Spectra en persona, Blofeld, el villano por
excelencia en la era Connery y que no había vuelto a salir desde que el escocés
dejó la saga. Para no spoilear demasiado, porque creo que está claro cómo
termina este escena, digamos que en este prólogo se cierra definitivamente el
cabo suelto de qué fue de Spectra y se pasa de página con toda esta línea
argumental.
Tampoco es la primera
vez que vemos un Bond vengativo. Esto nos lleva a otra de las etapas más
denostadas del personaje: la de Timothy Dalton. Felix Leiter es otro de los
personajes recurrentes de la saga, aunque el público no lo recuerda tanto como
a Q o a M. Es un agente de la CIA que suele ayudar a Bond y es fiel a la
franquicia desde la película del Doctor No. En "Licencia para matar",
Leiter es transferido a la DEA (la agencia norteamericiana que persigue el
tráfico de drogas). Un narcotraficante intenta matarlo nada menos que el día de
su boda y Bond tratará de vengarlo. Los guionistas no se atrevieron a matar al
pobre Felix, a pesar de que el agente fue arrojado a los tiburones. Otro pedazo
de dato: el guardaespaldas del malo en "Licencia para matar "es un
jovencísimo Benicio del Toro. En este peli, James Bond también perderá su
licencia para matar y planificará la vengaza por su cuenta, sin el respaldo del
servicio secreto británico. Todo parecía un capítulo de dos horas de
"Corrupción en Miami".
Por tanto vemos que
no hay nada nuevo bajo el sol en Quantum of solace. Algunas de las escenas de
acción son calcos de Casino Royale. Parece como si hubieran hecho un
"copiapega". El villano tiene uno de los peores carismas que he visto
en toda la saga y esa chica Bond interpretada por una chica del Este de Europa
que hace de latina, como que no termina de pegar. En definitiva, el título
parece un paso atrás en el camino iniciado con Daniel Craig y Casino Royale.
Sin embargo, es la más taquillera de toda la saga. Si han pasado cuatro años en
que no se han estrenado nuevas películas de James Bond no se debe al patinazo
de Quantum of solace, sino a las dificultades financieras del estudio por no sé
qué crisis que dicen que hay por ahí. La franquicia se va revalorizando con los
años, a pesar de todos los traspiés citados en esta reseña. Y es que son 22
películas, que dan para hacer lujosas ediciones de coleccionista. Los
videojuegos están adaptando muchos títulos de la saga y James Bond también es
un personaje al alza en las consolas. Si hasta las pelis de superhéroes tienen
su particular homenaje bondiano. "X-Men. First Class", ambientada en
los años 60, está lleno de guiños, con esos malos que trazan sus planes en
submarinos y con January Jones en corpiño blanco como la Reina Blanca del Club
de Fuego Infernal. Con este panorama, esperemos que la próxima de la saga,
Skyfall, que se estrena al final de mes recupere el ritmo. La dirección de Sam
Mendes y la intepretación de Javier Bardem como villano son algunas de las
bazas que tiene a su favor. En el video tenemos un homenaje a toda la saga y a
esas pedazo de bandas sonoras de John Barry, uno de los grandes compositores de
la historia del cine, y que luego ha continuado muy dignamente David Arnold.
5 comentarios:
Iba a escribir que nunca me había caído simpático el personaje, pero no sería cierto: de niño me gustaba cuando decía "Me llamo Bond. James Bond", y al poco masacraba a los malos. Hoy lo encuentro un héroe de cartón piedra, bastante aburrido por cierto.
Como dices al principio del comentario, se trata de un ciclo bastante videoclubero y esta película puede encajar en el contexto. Las curiosidades y datos que proporcionas están bien, aportan amenidad, pero sólo pueden interesar auténticamente a los "fans" de la franquicia.
Lo de "hasta fin de mes" supongo que es un chiste (buenecillo), a menos que ya esté en el horno la siguiente entrega. Por supuesto que hay precedentes de detectives famosos que han sido encarnados por diversos actores (Hércules Poirot, Philip Marlowe, Maigret ...); incluso que esto suceda en sagas como "La Pantera Rosa" (me acabo de enterar que hay otro Inspector Clouseau distinto a Peter Sellers). Pero esta casi expectación por ver en cada caso al "nuevo" Bond no sé si tiene precedentes. Cualquier día veremos a otro teniente Colombo que no sea Peter Falk, incluso quizá a otro Torrente (posible pero improbable) que no sea Santiago Segura.
No es un chiste, es que se estrena efectivamente a final de este mes o como mucho en noviembre, no sabría asegurarlo.
Es verdad que la saga es muy para fans, como dice Víctor, pero tiene un valor icónico que no se le puede negar, se ha convertido en un referente, en una figura reconocible como pocas otras en la historia del cine.
Además, no engaña a nadie, todos sabemos lo que vamos a ver cuando vemos una película de Bond. Espectacularidad, mujeres hermosas, tramas algo descabelladas, maquiavélicas corporaciones que pretenden dominar el mundo, todo muy fácil de parodiar (vease Austin Powers). Pero el que quiera realismo, auténticos espías, que vea las películas basadas en libros de Jonh Le Carré. Bond es otra cosa, tremendamente divertida y sin ninguna seriedad cuando se hace bien, pero no sé si es el caso de Quantum of Solace.
Estoy de acuerdo con José Antonio en que la película que vimos es un pequeño paso atrás tras los bríos de la anterior, que parecía una auténtica renovación digamos estilística, cosa que no ocurrió con Pierce Brosnan en su momento, a mi modo de ver(nada más allá de lo anecdótico, como poner a Bond a las órdenes de una mujer)
Todos los datos biográficos era para hacer un homenaje al personaje en su 50 cumpleaños, aprovechando que teníamos una peli reciente por comentar. Tampoco era cuestión de decir que la peli era una mierda y ya está.
A mi siempre me ha divertido Bond, aunque tengo que admitir que hubo un determinado momento que algo de cartón piedra sí tenía. Algo que han sabido evitar bien los guionistas es dejar al personaje al margen de politiqueos. James Bond no trata de protegernos de los malvados comunistas, ni de celulas salafistas. Son malvadas organizaciones que tratan de conquistar el mundo. Y hay que admitir que pese a ser pelis de acción, no se quedan desfasadas a pesar del paso de los años, por lo que algo tendrán.
El estreno de Skyfall, el último Bond, es el último viernes de octubre. Dirige Sam Mendes y el malo es Javier Bardem, bazas de interés hasta para quienes no son fans.
Respecto a la antigüedad de las franquicias, Tarzan es aún más lóngeva, aunque este personaje hace muchos años que está en barbecho.
Bueno, la Disney hizo un guiño retomando a Tarzán con su "George de la jungla" (de la que creo que rodó dos películas). Pero es como comparar la saga Bond con Austin Powers, por citar a Pepe.
Tampoco creo que Bond sea un héroe de cartón piedra como dice Víctor. Asistimos a una evolución en su personalidad, pero en las últimas películas, las de Daniel Craig, donde vemos un Bond casi con sentimientos, muy lejano de aquel Sean Connery que torturaba con guiños a Moneypenny, la Secretaria de M.
Tenemos un nuevo Bond que actúa por su propia cuenta para saldar deudas, por venganza, por sentimientos y creo que esto es algo que podemos resaltar.
Sin embargo, no creo que volvamos a ver una boda suya, obviamente.
Por mi parte, tengo que añadir que la parte que más me suele gustar de las películas de Bond es el principio, siempre trepidante. En este caso, las correrías por las abarrotadas calles de Siena me parecen espectaculares. Es una pena que luego la película decaiga.
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