Comenta: Miguel
Nunca pensé que mis mini vacaciones en la Toscana me fueran a dar la clave para hacer mis deberes del golfa, “comentar la película Zatoichi”, escrita y dirigida por Takeshi Kitano, y mucho menos que este viaje lograra que me reconciliase con los Italianos; todas las ciudades que he visitado (Florencia, Luca, Siena y Pisa) tienen un denominador común: su inmensa belleza. Da igual que se trate de un edificio académico como de la modesta casa de un agricultor, una pareja vestida de punta en blanco o un grupo de escolares con los pantalones rotos, una exquisita copa de vino o un simple vaso de agua, son ciudades hermosas porque todo lo que contienen es hermoso.
Pero un amigo nos advierte “no os dejéis engañar por las apariencias, los italianos no son mas que fachada, se gastan todo el dinero en ropa y en el coche, luego viven con lo mínimo, prácticamente no comen, por dentro están huecos”. En un primer momento pensé que la escasa alimentación podría ser la causa de que cupiesen en una ropa tan estrecha, pero después de reflexionar sobre el tema me di cuenta de algo importante, que es imposible que la apariencia de las cosas sea ajena a su contenido. Si nos preguntaran sobre la película Zatoichi, podíamos decir que trata de un ciego justiciero en un mundo corrupto, o sobre los deseos de venganza de dos herman@s, o sobre un Samurai mercenario que intenta sobrevivir con su enferma esposa… Tendemos a dotar de contenido al film porque en el fondo nos asusta admitir la verdad, que la elegancia y la belleza que desprende pueden ser un fin en si mismo, y si nos asusta es porque no entendemos que la única forma de alcanzar ese estadio (la belleza), es comprender la esencia misma de cada acción y despojarla de todo aquello que le es ajeno.
Pero un amigo nos advierte “no os dejéis engañar por las apariencias, los italianos no son mas que fachada, se gastan todo el dinero en ropa y en el coche, luego viven con lo mínimo, prácticamente no comen, por dentro están huecos”. En un primer momento pensé que la escasa alimentación podría ser la causa de que cupiesen en una ropa tan estrecha, pero después de reflexionar sobre el tema me di cuenta de algo importante, que es imposible que la apariencia de las cosas sea ajena a su contenido. Si nos preguntaran sobre la película Zatoichi, podíamos decir que trata de un ciego justiciero en un mundo corrupto, o sobre los deseos de venganza de dos herman@s, o sobre un Samurai mercenario que intenta sobrevivir con su enferma esposa… Tendemos a dotar de contenido al film porque en el fondo nos asusta admitir la verdad, que la elegancia y la belleza que desprende pueden ser un fin en si mismo, y si nos asusta es porque no entendemos que la única forma de alcanzar ese estadio (la belleza), es comprender la esencia misma de cada acción y despojarla de todo aquello que le es ajeno.
2 comentarios:
Por mi experiencia vital en italia refirmo lo dicho por tu amigo, pero eso si, comen un huevo (la pasta es barata)
De todas formas quizás eso sea la belleza algo hueco.
Fdo.:Spagueti Webster.
Cuando empecé a leerlo, pensé:
"a ver por donde va ha ir, para poder relacionar italia con Zatoichi"
Me ha gustado como lo has conseguido.
Pero yo lo entiendo de un modo distinto a nuestro comentariasta anónimo, la belleza no es que este hueca, esta llena... de belleza.
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