Un grupo de amigos se reúne cada semana para poner una película, que siempre es una sorpresa salvo para el que la elige, desde diciembre de 2005.
martes, 13 de septiembre de 2011
Este muerto está muy vivo
Propone: Altea
Comenta: Pepe
El pasado mes de febrero, en plena polémica sobre la ley Sinde y la salida de Álex de la Iglesia de la Presidencia de la Acedemia, la cineasta catalana Isabel Coixet publicó un artículo en el diario El País que bajo el título si estás muerto, ¿por qué bailas? ofrecía una interesante reflexión sobre las nuevas formas de enfrentarnos, como espectadores, al cine; el ocaso de una forma de entender el cine como un acto litúrgico y fetichista; el advenimiento de nuevas maneras más apegadas a la cotidianidad, que desdibujan las fronteras entre el cineasta y el espectador, por el abaratamiento brutal de la tecnología para hacer y los medios para distribuir la obra, cualquier obra, audiovisual: una especie de cine 2.0.
Lo que venía a decir Coixet es que aunque la industria cinematográfica se esté yendo al garete, poco más o menos, nunca se ha visto ni se ha producido tanto material audiovisual como en nuestros días y que, aunque el momento es de incertidumbre, el cine, como la energía, ni se crea ni se destruye, solo se transforma. “Porque aunque el cine haya muerto, los cineastas vamos a seguir bailando. Es el único favor que podemos ofrecer a los espectadores. Ojalá aún estén dispuestos a bailar con nosotros”, concluía.
En la película de Stephen Gondry que hoy nos ocupa hay algo de todo eso, o así me pareció, al menos, cuando la vimos en el Cine Club Golfa propuesta por Altea. La cosa va de un videoclub en decadencia y de un incidente que hace que por error se borren todas sus cintas. Un grupo de auténticos y entrañables frikis, que bien podrían haber salido del seven eleven de Clerks, deciden que la única forma de salvar el negocio es ponerse ellos mismos a rellenar esas cintas rodando de nuevo las películas con una vieja cámara VHS. Y de ese planteamiento nace esta película llena desituaciones hilarantes, y con el puntito de emoción final que debe tener toda buena comedia. Los actores están muy bien (incluso a los detractores de Jack Black les resulta más soportable en esta película) y del talento de Gondry para perpetrar secuencias llenas de imaginación no necesitaréis que os diga nada si lleváis en esto del cineclub lo suficiente como para haber visto Olvídate de mi.
Be kind rewind es una festiva celebración del cine como entretenimiento que aúna la nostalgia por los viejos modos de los que hablábamos antes y el puro placer que supone coger una cámara, ponerse a contar una historia y acabar compartiéndola con el mundo. Es una película que nos habla de la pasión por el cine desde la comedia disparatada y que lo reivindica como divertimento, no solo para los que lo ven, sino también para los que lo hacen. Una invitación a salir a bailar, a volver a la vieja complicidad entre los espectadores y los cineastas, y a traspasar la línea que separa a los unos de los otros. La conclusión que me dejó Be kind rewind es que no importa como sean los soportes, los medios con los que se hacen o se consumen las películas: mientras haya alguien pensando historias en imágenes, o divirtiéndose o apasionándose en un lado o en el otro de la cámara, este muerto que dicen que es el cine estará muy vivo. Optimista que estoy hoy.
Como curiosidad añadiré que esta película ha generado todo un nuevo género: las películas suecadas. Estad atentos, porque algún que otro miembro de este nuestro cineclub está empeñado en organizar el primer festival internacional de las mismas. Seguiremos informando. Para los que no sepáis de qué estoy hablando, aquí os dejo un ejemplo sacado de la propia película:
12 comentarios:
J. Antonio
dijo...
Apariciones estelares de Mia Farrow y de Danny Glover (cómo ha envejecido) y hay alguno más del que ahora no me acuerdo. En youtube he encontrado suecadas de Lost, pero hay muchas más.
Cuidado, que puede estar escuchando la SGAE... Que, por cierto, también sale en la película representada por la genial Sigourney Weaver, que pasa de perseguir Aliens a perseguir personas malvadas.
Además, la película añade es sensación de las grandes metrópolis americanas en donde sus barrios tratan de sentirse como un pequeño pueblo, con sus héroes locales y esa sensación de unidad local frente a la desnaturalización del ser humano ante las colectividades. El hecho de las "suecadas" bien podría ser un giño a esa vuelta a lo natural que se puede aplicar hasta a la fábrica de sueños que es la industria del cine.
Ya que me reprochaste, Rubén, que diera fé, quisiera preguntarte qué es un giño.
Por lo demás me han parecido muy interesantes las dos cosas que dices: la vida de los barrios que desmiente la tópica dicotomía ciudad alienada - campo humanizado (con la que no puedo estar más en desacuerdo) y la reivindicación del "hecho a mano" en la sociedad digital (lo cual no es del todo una contradicción, aunque eso nos llevaría más tiempo discutirlo)
Por cierto, ¿cuando te estrenas como comentarista? Estamos deseando leerte!
Esta mañana he mirado el diccionario de la RAE y he comprobado varias cosas: -giño no existe -giñar tampoco; existe jiñar, que significa "evacuar el vientre" -jiño tampoco existe -fé... Con tilde tampoco existe
De nuevo no podía evitar cierto recelo, que no prejuicio, al empezar la película. No me gustan las comedias "bufas", que desde el principio se ve que quieren hacer reir, provocar la carcajada a toda costa: cualquier payasada vale. A mí no me hacen gracia, y esto seguro que no es una reacción neurótica personal. Nada provoca más rechazo que tratar de parecer algo: hacerse el gracioso, ir de listillo, etc. Raramente funciona, quizá alguna que otra vez y sólo si a uno se le concede ya algún crédito previo. Convengamos que para algunas personas puede ser al revés y ya les predisponga a la risa. Pero para mí se suele cumplir incluso en casos donde el actor brilla con comicidad propia, como aquí Jack Black.
Su trabajo sostiene la peli hasta el momento en que se magnetiza y se convierte en una especie de Eraserhead de cintas de video. Parece que va a continuar así, pero a partir de ese momento pierde protagonismo, le entrega el relevo a la propia historia. La idea de "suecar" las películas y su primera tentativa con "Cazafantasmas 2" --que me parece que he visto-- ya consigue que uno se ría abiertamente en el sofá --que, aunque pequeño, al menos tengo a mi exclusiva disposición. Es el bright side de ser una especie de golfante independiente. Esto al margen de nuevo.
Se ven obligados a improvisar. No sólo el presupuesto, el tiempo también es francamente limitado; pero no importa, porque se trata de, entre risas, poner de manifiesto lo que se vende allí, lo que compran los clientes del videoclub. Presciendo de artificios, en veinte minutos tenemos, cómicamente, lo esencial.
Increíblemente --ma non tanto, porque a nosotros mismos nos ha gustado--, los clientes, en vez de hablar de tomadura de pelo y dar el portazo, terminan aceptando su propuesta que se convierte en un éxito, salvando a Mike de las iras de su padre el sr. Fletcher, y así podemos asistir a más rodajes descacharrantes. Parece que incluso van a poder salvar el videoclub, pero ¡ay!, casi como en venganza La industria contraataca y les pone en solfa porque, argumentan no sin razón, están aprovechando (o más bien, partiendo de) su "producto" para sus delirantes versiones --que a mi modo de ver, a la vez ponen de manifiesto lo delirante del original.
El fracaso y la demolición parecen inevitables, y nos enteramos que a las fábulas sobre fábulas se añade otro mito que afecta al propio lugar donde todo se lleva a cabo: Fats Waller no nació realmente allí. El guión, sabiamente, se había encargado (mediante un enfrentamiento entre Jerry y Mike) de poner de manifiesto el, digamos, limitado horizonte del pueblo donde todo transcurre. Ahora todo parece definitivamente acabado.
Pero deciden rodar una película más: no sólo ellos, todo el lugar, todos sus habitantes, sobre la vida imaginaria de Fats en el pueblo. Parece que hasta su exhibición, in extremis, peligra pero se puede llevar a cabo con un proyector que además hace posible que se vea también desde el exterior. Y entonces, el cine, más que mito individual, se convierte en el mito de todos, en la sustancia de los sueños que soñamos colectivamente. En esa la ultima sesión todos (nosotros incluídos) lo comprendemos así.
Y así, el conflicto que también está presente en tantas buenas comedias (sólo me acuerdo ahora de "Granujas a todo ritmo", empeñados en una "misión de Dios"), también con enorme coherencia, no termina felizmente en el sentido convencional, pero sí en otro: la existencia de "Be Kind Rewind", que toca a su fin, se justifica en una cinematográfica mirada retrospectiva --exponiendo a la vez lo que fue, como decía, su propio mito y a través del lienzo improvisado, últimamente su razón de ser.
Gran propuesta, en definitiva, que a mí por lo menos me ha ganado para los restos, en pie de igualdad con las mejores comedias que he visto nunca. Sólo me queda por añadir que yo siempre devolvía las cintas rebobinadas...
Gran comentario Víctor (también por su extensión jejeje) Veo muy interesante lo de la mirada retrospectiva que dices al final. De hecho el primer título que tenía pensado para el post era "video club paradiso" en referencia al nostálgico film de Tornatore, cuyo espíritu de amor al cine parece tan presente en la parte final de esta película, pero claro, no hay espacio para todo lo que uno querría decir y siempre acabas cortando alguna cosa.
Ya veo que te estás convirtiendo en un asiduo por aquí, lo cual me hace pensar que al final tendremos que conocernos. Si te pilla por el barrio nuestras sesiones son los miércoles por si quieres apuntarte alguna vez.
Claro, doy por sentado que eres de cerca de aquí, qué tonto, igual eres del otro lado del mundo...
Gracias, Pepe. Creo que entendemos esta película de forma muy parecida. Aún tuve que abreviar el comentario para que cupiera (risas).
Sí que soy de la city ;-) Os he dejado, a tí y a José Antonio, sendos mensajes en Facebook. No tenía cuenta hasta anteayer, supongo que lo habré hecho bien.
12 comentarios:
Apariciones estelares de Mia Farrow y de Danny Glover (cómo ha envejecido) y hay alguno más del que ahora no me acuerdo. En youtube he encontrado suecadas de Lost, pero hay muchas más.
Mia Farrow hace de señora alelada, es decir, el papel que lleva haciendo toda su vida, y claro, le sale muy bien.
Antes de existir esta película, ya hizo mi hermano una suecada de Los Inmortales que llamó Los Inmoribles.
Si le cambias el título no es una suecada! Es una parodia.
Cuidado, que puede estar escuchando la SGAE...
Que, por cierto, también sale en la película representada por la genial Sigourney Weaver, que pasa de perseguir Aliens a perseguir personas malvadas.
¿ves? sabía que me dejaba a alguien. Por cierto, ¿cómo será la suecada de Alien? Mmmmmm
Además, la película añade es sensación de las grandes metrópolis americanas en donde sus barrios tratan de sentirse como un pequeño pueblo, con sus héroes locales y esa sensación de unidad local frente a la desnaturalización del ser humano ante las colectividades.
El hecho de las "suecadas" bien podría ser un giño a esa vuelta a lo natural que se puede aplicar hasta a la fábrica de sueños que es la industria del cine.
Ya que me reprochaste, Rubén, que diera fé, quisiera preguntarte qué es un giño.
Por lo demás me han parecido muy interesantes las dos cosas que dices: la vida de los barrios que desmiente la tópica dicotomía ciudad alienada - campo humanizado (con la que no puedo estar más en desacuerdo) y la reivindicación del "hecho a mano" en la sociedad digital (lo cual no es del todo una contradicción, aunque eso nos llevaría más tiempo discutirlo)
Por cierto, ¿cuando te estrenas como comentarista? Estamos deseando leerte!
Esta mañana he mirado el diccionario de la RAE y he comprobado varias cosas:
-giño no existe
-giñar tampoco; existe jiñar, que significa "evacuar el vientre"
-jiño tampoco existe
-fé... Con tilde tampoco existe
De nuevo no podía evitar cierto recelo, que no prejuicio, al empezar la película. No me gustan las comedias "bufas", que desde el principio se ve que quieren hacer reir, provocar la carcajada a toda costa: cualquier payasada vale. A mí no me hacen gracia, y esto seguro que no es una reacción neurótica personal. Nada provoca más rechazo que tratar de parecer algo: hacerse el gracioso, ir de listillo, etc. Raramente funciona, quizá alguna que otra vez y sólo si a uno se le concede ya algún crédito previo. Convengamos que para algunas personas puede ser al revés y ya les predisponga a la risa. Pero para mí se suele cumplir incluso en casos donde el actor brilla con comicidad propia, como aquí Jack Black.
Su trabajo sostiene la peli hasta el momento en que se magnetiza y se convierte en una especie de Eraserhead de cintas de video. Parece que va a continuar así, pero a partir de ese momento pierde protagonismo, le entrega el relevo a la propia historia. La idea de "suecar" las películas y su primera tentativa con "Cazafantasmas 2" --que me parece que he visto-- ya consigue que uno se ría abiertamente en el sofá --que, aunque pequeño, al menos tengo a mi exclusiva disposición. Es el bright side de ser una especie de golfante independiente. Esto al margen de nuevo.
Se ven obligados a improvisar. No sólo el presupuesto, el tiempo también es francamente limitado; pero no importa, porque se trata de, entre risas, poner de manifiesto lo que se vende allí, lo que compran los clientes del videoclub. Presciendo de artificios, en veinte minutos tenemos, cómicamente, lo esencial.
Increíblemente --ma non tanto, porque a nosotros mismos nos ha gustado--, los clientes, en vez de hablar de tomadura de pelo y dar el portazo, terminan aceptando su propuesta que se convierte en un éxito, salvando a Mike de las iras de su padre el sr. Fletcher, y así podemos asistir a más rodajes descacharrantes. Parece que incluso van a poder salvar el videoclub, pero ¡ay!, casi como en venganza La industria contraataca y les pone en solfa porque, argumentan no sin razón, están aprovechando (o más bien, partiendo de) su "producto" para sus delirantes versiones --que a mi modo de ver, a la vez ponen de manifiesto lo delirante del original.
El fracaso y la demolición parecen inevitables, y nos enteramos que a las fábulas sobre fábulas se añade otro mito que afecta al propio lugar donde todo se lleva a cabo: Fats Waller no nació realmente allí. El guión, sabiamente, se había encargado (mediante un enfrentamiento entre Jerry y Mike) de poner de manifiesto el, digamos, limitado horizonte del pueblo donde todo transcurre. Ahora todo parece definitivamente acabado.
Pero deciden rodar una película más: no sólo ellos, todo el lugar, todos sus habitantes, sobre la vida imaginaria de Fats en el pueblo. Parece que hasta su exhibición, in extremis, peligra pero se puede llevar a cabo con un proyector que además hace posible que se vea también desde el exterior. Y entonces, el cine, más que mito individual, se convierte en el mito de todos, en la sustancia de los sueños que soñamos colectivamente. En esa la ultima sesión todos (nosotros incluídos) lo comprendemos así.
Y así, el conflicto que también está presente en tantas buenas comedias (sólo me acuerdo ahora de "Granujas a todo ritmo", empeñados en una "misión de Dios"), también con enorme coherencia, no termina felizmente en el sentido convencional, pero sí en otro: la existencia de "Be Kind Rewind", que toca a su fin, se justifica en una cinematográfica mirada retrospectiva --exponiendo a la vez lo que fue, como decía, su propio mito y a través del lienzo improvisado, últimamente su razón de ser.
Gran propuesta, en definitiva, que a mí por lo menos me ha ganado para los restos, en pie de igualdad con las mejores comedias que he visto nunca.
Sólo me queda por añadir que yo siempre devolvía las cintas rebobinadas...
Gran comentario Víctor (también por su extensión jejeje) Veo muy interesante lo de la mirada retrospectiva que dices al final. De hecho el primer título que tenía pensado para el post era "video club paradiso" en referencia al nostálgico film de Tornatore, cuyo espíritu de amor al cine parece tan presente en la parte final de esta película, pero claro, no hay espacio para todo lo que uno querría decir y siempre acabas cortando alguna cosa.
Ya veo que te estás convirtiendo en un asiduo por aquí, lo cual me hace pensar que al final tendremos que conocernos. Si te pilla por el barrio nuestras sesiones son los miércoles por si quieres apuntarte alguna vez.
Claro, doy por sentado que eres de cerca de aquí, qué tonto, igual eres del otro lado del mundo...
Gracias, Pepe. Creo que entendemos esta película de forma muy parecida. Aún tuve que abreviar el comentario para que cupiera (risas).
Sí que soy de la city ;-) Os he dejado, a tí y a José Antonio, sendos mensajes en Facebook. No tenía cuenta hasta anteayer, supongo que lo habré hecho bien.
Bona nit.
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