martes, 18 de diciembre de 2012

Supuesto hito generacional

Propone: Nando
Comenta: Pepe




Si naciste a finales de los setenta, creciste en los ochenta viendo la movida por la tele rodeado de electroduendes pastilleros y similares, te creíste que lo podías tener todo, te diste el batacazo en los noventa, te hiciste nihilista, dejaste de madurar en el año 2000 y ahora haces lo posible por sobrevivir enganchado a facebook y sueñas tal vez con comprarte el último móvil de moda, puede que esta sea tu película y puedas considerarla hasta un hito generacional, y dirás a quien te quiera escuchar que es una película “brutal”, que es la palabra que utilizas para decir que algo te parece estupendo, aunque yo siempre he pensado que lo brutal y la brutalidad es en sí algo malo.

Igual hasta te consideras muy cinéfilo/a por tenerla comprada en dvd, y te parece una pasada el dilema moral del protagonista y por supuesto te orgasma que al final se dirija directamente al espectador (eso sí que es innovador colega). Efectivamente Trainspotting te ajusta como anillo al dedo, hasta te hará creer que entiendes de cine. Pero no.


Por lo demás Traispotting es una película que empieza con un tono ligero que se va amargando a lo largo del metraje, y es en ese momento en el que juega su mejor baza. Tiene secuencias sobrecogedoras en el piso de los yonkis, o esa larga secuencia rodada desde el fondo de una alfombra (mientras suena Perfect day, de Lou Reed), durante la sobredosis del protagonista. Toda la película está rodada con envidiable pulso y gran poder visual por su director, un por entonces casi debutante Danny Boyle que se vio lanzado a la fama junto con su actor protagonista, Ewan McGregor. La banda sonora está llena de hits noventeros muy bien traídos. En un papel secundario, a punto de saltar también a la fama, Robert Carlyle, borda su aportación como pendenciero alcohólico escocés. Todo el elenco forma un grupo bastante cohesionado, la fotografía de un realismo sucio en los suburbios de Edimburgo le va muy bien al tono general, y sabe mezclarse con momentos de lírica irrealidad…



Me estoy dando cuenta de que en realidad la película está muy bien y me gusta bastante. Igual a mi lo que me pasa con Trainspotting es algo parecido a una pintada que vi una vez (en una noticia de facebook, por supuesto). Aquella pintada decía: “No tengo nada contra Dios. A quien no soporto es a su club de fans”. Lo malo a veces es no soportar a un club de fans del que formas parte. Pues eso. 



7 comentarios:

Rubén dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Rubén dijo...

Welcome home, Pepe.

Me alegra que te hayas animado a volver a comentar y me ha gustado tu comentario.
Yo no hube visto la película en su día, y al verla con treintaymuchos quizás se me quede un poco descontextualizada.
Sí recuerdo que causó gran furor entre mis compañeros universitarios.

Ya debatimos sobre la posible naturaleza nihilista de la película, pero yo más bien la veo, en el fondo, como la historia de un tránsito entre la colectividad de la juventud y el individualismo de la edad adulta. Entre la decisión de seguir con tus amigos, por muy cabrones que sean o mandarlos a la mierda y rehacer tu vida a tu antojo.

Quizá también sea porque ese mundo me queda muy lejano, y aunque la película me gustó, sigo sin verla todo lo innovadora que parece que fue.

P.D. El comentario suprimido es el mío, que se me olvido poner un artículo.

Rubén dijo...

Y ahora una tilde en "olvidó", pero no lo voy a cambiar más.

Anónimo dijo...

Brutal. Fdo: Iván.

J. Antonio dijo...

Hubo un tiempo en que el referente de las pelis de drogas, así tal cual y sin metáforas, era El Pico. Ahora mismo me está costando acordarme de alguna otra, con lo que es normal que fuera todo un shock. Creo que ha resistido el paso del tiempo.

P.D.: Pepe me das miedo.

Pepe dijo...

¿Miedo por qué? Por cierto anoche se quedó por contar la anécdota de skyfall que tanta gracia me tenía que hacer.

Si te atreves, cuentala, pero cuidado con despertar a mi yop malote jajajaja

Víctor dijo...

Collons, Iván me ha deconstruido el comentario, yo quería hablar de eso "brutal" que en el arte no tiene interés para mí. Pero ahora sólo me queda hablar del nihilismo. Aunque no sirva para nada.

La película es una gran adaptación de la novela de Irvine Welsh, autor que asume explícitamente una actitud nihilista. Pero ¿son nihilistas los personajes de "Trainspotting"? Se puede ser nihilista sin saberlo, como se hace prosa sin saberlo; no obstante su nihilismo es "pasivo", no quiere destruir un sistema de valores, como cierto nihilismo "activo". El protagonista nos lo advierte: "La gente se cree que esto no es más que miseria y desesperación y muerte y toda esa mierda que no hay que olvidar, pero lo que olvidan es el placer que supone. De lo contrario no lo haríamos. Después de todo no somos gilipollas, joder. Bueno, al menos no tan gilipollas. Coge el mejor orgasmo que hayas tenido, multiplícalo por mil y ni siquiera andarás cerca." Créamoslo o no, los protagonistas quieren gozar, los muy cerdos. Pero la alternativa es precaria: "Ir tirando, mirando hacia delante, hasta el día que la palmes". El monólogo que abre y cierra la película, que en la novela no ocupa un lugar tan destacado, es una especie de declaración de principios. Pareciera que la vida no tiene gran cosa que ofrecer, y creo que esta rebeldía y esta lucidez es la que hace simpáticos a los personajes de "Trainspotting".

Además de adaptación fiel, de la gran fotografía, los momentos de expresionismo o casi "surrealismo" me parecen muy bien rodados: la sobredosis, el "desenganche", los supositorios de opio perdidos en el báter. Pero una de las mejores virtudes de la película es su saludable realismo, porque de mantenerse en ese otro registro hubiera quedado una peli, cómo decirlo, demasiado brutal, socio.