Propone: José Antonio
Comenta: Juli
David Lynch hizo una película en el 97 que llamó Lost Highway. Carretera Perdida es como se tituló en España, traducción literal de la obra original. En varias reseñas que he escrito he comentado cosas sobre la traducción de los títulos, y a pesar de que la traducción es literal del original, esta vez también lo voy a hacer. ¿A qué pijo se refiere el sr. Lynch con eso de la carretera? ¿Hay una carretera en algún lugar dejado de la mano de Dios a la que se hace una mínima referencia en esta película? ¿Es el saxofón de Bill Pullman una carretera que pierde en algún garito nocturno? Yo ya sabía que el director era algo excéntrico desde que vi una película suya en que la acción giraba en torno a una investigación policial sobre una oreja encontrada en el césped (Terciopelo Azul), y siempre que veo algo suyo, me confirma que este hombre está un poco "zumbao".
Pero tiene multitud de fans, entre los que se encuentra algún miembro del cineclub y algún lector mallorquín de este blog, así que voy a tratar de desentrañar un poco la película.
El film nos cuenta un asesinato grabado por fascículos en cintas de vídeo, que reciben el asesino y la víctima en sobres misteriosos, pareja que forma un matrimonio feliz. O no. Bill Pullman es un saxofonista y un marido celoso de Patricia Arquette. Claro, como los hechos quedan grabados es inevitable que al músico lo condenen a muerte. Entonces ocurre la cosa más lógica del mundo sobre todo cuando se trata de una película del sr. Lynch, van a por el asesino a llevarlo a la silla eléctrica y en la celda hay otra persona, literalmente, que no se acuerda de nada.
Después, sucesión de violencia, sexo, un enano curioso y sobre todo, pajas mentales. Entramos en una dinámica de realidad-sueño en que se desenvuelven escenas y a partir del montaje de las mismas surge la película.
En resumen y en contra de lo que pudiera parecer, es una obra entretenida y muy interesante.
7 comentarios:
Paja mental. Yo creo que la película es una gran paja mental de Bill Pulman para justificarse el haber matado a su mujer porque le ponía los cuernos. Un cambio de cuerpo que le permite tener su particular redención para tratar de justificar lo injustificable. En el viaje, un gran número de momentos turbadores.
-Nos conocimos en su casa, ¿no lo recuerda? De hecho, estoy allí ahora mismo.
Yo creo que la paja mental es la de David Lynch. Se monta una paranoia para regalarnos unos cuantos momentos de intensa turbación, cosa que sabe hacer mejor que nadie. No es que no tenga sentido, es que cada uno puede darle el que quiera, más o menos coherente...
Efectivamente, cada uno puede darle el sentido que quiera, pero coherente, lo que se dice coherente, eso de que aparezca otra persona distinta en la celda, en una película donde no salen ni Gandalf ni Juan Tamariz, no es que lo sea mucho.
No es una película cerrada y eso permite que cada uno le da la interpretación que quiere. Para mi, toda la historia del cambio de cuerpo y demás es un viaje dentro de la mente del protagonista. El mafioso que interpreta Robert Loggia es algo así como el lado oscuro y violento del protagonista; mientras que hay otra parte más inocente, más apasionada que es la de Baltazar Getty.
Lógicamente si el protagonista, se hace una paja mental, también se la hace Lynch, que para eso es que cuenta la historia. Lynch imagina a Bill Pullman haciéndose la paja mental, por tanto Lynch también se hace la paja mental. Mientras el énano está en su casa y cortando el cesped del vecino.
Madre mía cuanta paja. Menos mal que son mentales, si no ibamos a dejar esto perdido.
Esas tocarán cuando hablemos de Vixens.
Hablando de David Lynch, yo tuve la desgracia de ver su primera película, que se llama "Cabeza Borradora" (Eraser Head). La empecé a ver con mucha ilusión porque era una peli de culto con cierta reputación en el mundillo (aunque no sé muy bien de qué mundillo se trata), de hecho incluso cometí el error de comprarme el DVD original, y me dormí viéndola, no pude terminarla porque asquerosamente aburrida (más que Plan 9 del espacio exterior), aparte de absurda (lo cual no tiene porqué ser un inconveniente, pero en este caso contribuía al aburrimiento). Lo único destacable (hasta que me dormí) era el curioso engendro al que dio a luz la mujer protagonista. Cuando me desperté, no tuve ganas de ver el trozo de película que me faltaba.
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