Propone: MiguelComenta: Juli
Miguel nos trajo una
película de comidas. Especifico por si hay
algún mal pensado que interprete esa frase con su mente sucia: Se trata de una
película de
Ang Lee (1994) que versa sobre las
artes culinarias del protagonista tanto en su vida personal como profesional.
Chu es un maestro cocinero viudo de
Taiwan que tiene tres hijas y ve la vida a
través de la cocina.

Todo transcurre entre cacerolas y suculentos platos orientales, las relaciones padre-hija, hijas-novios, relaciones
intervecinales, etc.
Ang Lee trata todo ese mundo de sensaciones y sentimientos de manera exquisita y consigue que se nos haga la boca agua con los colores, texturas y si me apuras, hasta los aromas que se adivinan desde la butaca al contemplar la
película y los manjares que en ella aparecen.

Para el occidental puede parecerle exagerado que aparezcan quince o
dieciséis platos
rebosantes en una comida para cuatro comensales, pero recordando el Quijote y el capitulo de las bodas de
Camacho, uno puede pensar que eso
también se
podría hacer
aquí.

Muy recomendable la escena de la ultima cena, que aparte del nombre,
también tiene de
bíblico la referencia al conocimiento carnal que se revela en ella.
2 comentarios:
Maravillosa como todas las películas de Ang Lee. Y no hace falta comentar nada más...
Deliciosa película, efectivamente, que a mí por lo menos me da mucha hambre y muchas ganas de ponerme a cocinar. Las relaciones y conflictos familiares se demuestran, una vez más, universales.
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