¡Cuéntame, oh Fellini, la historia de Gelsomina!
Cuéntame la historia de su marido, el bruto Zampanó, de cómo se la compra a su madre y se la lleva a vivir de payasa ambulante.
Cuéntame cómo él le enseña a ella trucos y actuaciones. El es bruto, orgulloso, vulgar, violento, con una lucha interior para aparentar fiereza y desapego, pero con un alma triste que se derrumba cuando llega a ser consciente de su soledad.
Cuéntame cómo ella le enseña a él amor y ternura. Ella es buena, alegre, humilde, fiel, abnegada, con alma de niña, aunque a veces su fortaleza te hace dudar de si realmente es disminuida psíquica.
Especie de “road movie” a la italiana, inmersa en el neorrealismo, supone una crítica social envuelta en una historia exquisita y delicada, llena de humanidad y ternura.
Podría resumir todo el comentario en una palabra: maravillosa.
Soberbia Giulietta Masina y soberbio Anthony Quinn. En suma, soberbio Fellini.
3 comentarios:
Absolutamente maravillosa, en todos los sentidos.
Sólo quisiera recalcar un momento concreto de la película, una rima visual (creo que retóricamente correspondería con el homoioteleuton), me refiero a la muerte de Gelsomima, en una postura concreta... y la de Zampanó, poco después, en la misma postura... Para recalcar el hecho, Fellini resuelve ambos planos con idéntico movimiento de cámara, recalcando así esa bella y poética rima visual...
Maravillosa!!
En vista de los pocos comentarios, completo la reseña añadiendo que Gelsomina se muere al final de la película.
joder, ya le has contado el final a Iván.
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