Propone: Juli
Comenta: José Antonio

Ambientada en un Nueva York decimonónico, la película cuenta la historia de Henry Jarrod, un escultor de figuras de cera que vive por y para sus creaciones. Posiblemente este señor hubiera pasado toda su existencia encerrado en el museo creando muñequitos, pero la codicia del hombre provoca el nacimiento de un monstruo. El socio de Jarrod decide pegar fuego al museo y a todas sus figuras para sacar dinero del seguro. Pero para el pobre escultor el plan es un horror porque es quitarle la vida. Para él, no se trata de simples muñecos, sino que todas sus creaciones son como personas vivas, sus amigos. Jarrod queda horriblemente desfigurado en el incendio tratando sin éxito de salvar su obra. Además las lesiones en las manos le impiden volver a crear más figuras. Sin embargo, a ojos del mundo es una persona físicamente normal pero que ha quedado confinado en una silla de ruedas. Lo cierto es que sí puede andar y una máscara de cera es la que oculta sus cicatrices. Nace así un maníaco obsesionado con la venganza, que mata a aquellos que le robaron su vida y, ya de paso, decide rehacer su colección a base de cadáveres recubiertos de cera. "¡Oh! Parecen reales", piensan los ingenuos visitantes del museo. "Si supieráis", piensa Jarrod mientras elige a quien será su próxima víctima y ríe maliciosamente en su interior.
El maníaco de "Los crímenes del museo de cera" es una mezcla entre Jack el Destripador y el fantasma de la ópera. Un rostro horriblemente desfigurado que viste con una capa negra y un sombrero de ala ancha y que sale por la noche a recopilar víctimas en callejones oscuros. El director André De Toth y Vicent Price hacen una puesta al día (en los años 50, claro) de otra película anterior que había dirigido Michael Curtiz en los años 30 y que en aquellos años se había perdido. Ahora está otra versión también ha podido recuperarse. De Toth calca muchas escenas de la anterior versión, pero suprime algunas tramas que parecían molestar en el desarrollo de la trama.
"Los crímenes del museo de cera" era el intento de la Warner por hacerse un hueco en el mercado del cine de terror para tratar de competir con la Universal. Es un terror sin sangre ni visceras y hoy en día sería impensable que se rodara sin darle el toque de escenas gore. Su estilo será el que marque la estética de otra productora que destacó en las películas de terror, la británica Hammer. También destacar que es una de las primeras películas de Charles Bronson, actor del que me interesan un par de pelis de su filmografía, pero que sé que a Julián le gustará que destaque el dato.


4 comentarios:
Gracias, Jose, por el apunte de Charles Bronson. Supongo que el par de películas interesantes de Bronson a las que te refieres son La gran Evasión, ya vista aquí, y Los siete Magníficos, que no estaría mal que la pusiéramos algún día en el Golfa.
Bueno en realidad en esas dos tiene un papel secundario. Yo me refería en "Hasta que llegó su hora", donde es el protagonista. Un peliculón, pero tiene la pega de que dura casi cuatro horas, así que si la llevamos al Golfa nos matan.
Nos estamos convirtiendo en cinéfilos de sofá y gorro de dormir.
Maldita generación de la MTV! Todo lo que pasa de 120 minutos y exige un poco de esfuerzo es automáticamente rechazado. Qué le vamos a hacer, ya la pondremos en una sesión alternativa. Yo estoy deseando poner "Érase una vez en América", figúrate.
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