martes, 10 de enero de 2012

Zapatillas de felpa y cristal

Propone: Nando
Comenta: Juli



Querido lector de blogs, este comentario en sí mismo es un spoiler, así que si no quieres enterarte del final de la película, no sigas leyendo.



Resulta que un ricachón yanqui quiere gastarse los cuartos en hacer películas y para ello decide que debe descubrir y promocionar una gran estrella que cause sensación en Hollywood. Así, se viene a Madrid en compañía de su secretario (Oscar para Edmond O'Brien) y de un director de cine pasado de moda y ex-aficionado al refresco de malta fermentado (Humphrey Bogart). Recorren los mejores garitos de la capital en busca de Ella hasta que la encuentran: María Vargas (la sensual y voluptuosa Ava Gardner).


Es un poco el cuento de la Cenicienta, sin príncipe azul pero con cuñado de príncipe, aunque en este caso es conde. La chica humilde, con todos los hombres a sus pies, y que no termina de encontrar el amor verdadero. Hasta que se enamora de un conde italiano, el conde de Torlato-Favrini, en un arrebato se casan y en la noche de bodas él confiesa que una herida de guerra lo dejó impotente. Entonces el chófer le dice a su señora: que no me entere yo que ese culito pasa hambre, y así, se lían y lo hacen a pelo, quedando ella encinta. El conde, en otro arrebato, se la carga, y el día del entierro, Joseph L. Mankiewicz acude al cementerio con su equipo de grabación y graba La Condesa Descalza, realizada a través de los flashbacks de los diferentes personajes que intervinieron en la vida de María Vargas y estaban presentes en ese último adiós.


Termino el post con unos datos curiosos:

-La censura en el Hollywood de los 50 cambió el dato de que el conde iba a ser homosexual y decidió que fuese eunuco funcional por su impotencia sexual.

-Ava Gardner y Humphrey Bogart se aborrecían mutuamente.

-Parte de la película se rodó en Madrid, donde El animal más bello del mundo viajaba a menudo y era una habitual de la noche madrileña. Sonado fue su romance con cierto torero, de quien se decía que tras su primera noche, se vistió rápidamente, y cuando ella le preguntaba: "¿Dónde vas?" la respuesta fue: "¡A contarlo, mi arma!"

Lo que viene siendo ser una estrella

7 comentarios:

Rubén dijo...

Algo "typically Spanish" es una recurrente pregunta:
¿Qué fue antes, el huevo o la gallina?
Y aquí viene el comentario ¿Qué fue antes, "La condesa descalza" o Remedios Amaya cantando "Mi Barca" en Eurovisión con el mismo calzado?

Menos mal que está Elda, Elche y algunos pueblos más y estamos a la moda mundial de calzado, porque visto los "costumbrismos", cualquiera diriía que por aquí caminamos cual hobbits...

JULI dijo...

Claro, a Remedios Amaya le dieron 0 puntos porque cantaba descalza, y sobre el sonido de su voz, cantaban aún con más fuerza sus propios pinreles, así que ante semejante tufo, el jurado quiso vengarse con un cerapio de lo más redondo.
Al argumento de la película le falla una cosa: una bailaora de flamenco que se precie debe tener un buen "zapateao".

Pepe dijo...

¿Y os habéis fijado que en el título original tiene nombre de tarta helada?

JULI dijo...

Golosoooooónnnnn

J. Antonio dijo...

La culpa la tiene el botellón que se ha cargado la sana costumbre de ir andando descalzo por nuestras calles.

Víctor dijo...

Ni siquiera sé si he visto la película, pero me acuerdo perfectamente de lo de Remedios Amaya. No me imaginaba que compartiera el recuerdo con tantos; sin duda aquello adquirió las proporciones de trauma nacional. Incluso tengo en la memoria que el presentador, que no era Uribarri (¿un tal Millás?) reconfortó a la audiencia: "Señores, no lloren". Eso me salvó.

Rubén dijo...

Eso se llama el "imaginario colectivo" y debió afectar bastante porque en esa época o veías Eurovisión o lo que emitiese la 2, por lo que sospecho que fuimos muchos los que padecimos la vergüenza patria.