viernes, 28 de junio de 2013

La maldición del Golfa

Propone: Pedro
Comenta: José Antonio




Hay certámenes que nacen con una leyenda negra después de que se diera la fatal casualidad de que se murieran todas aquellas estrellas a las que rendían homenaje. Durante un tiempo pasó con el Festival de San Sebastián. Artista que homenajeaba, artista que la palmaba. Luego, aunque somos mucho más modestos, nos pasó a nosotros, a nuestro Cineclub Golfa. Pusimos una de Fellini y se murió Fellini; pusimos a Bergman y también la palmó. Todo esto viene al hilo de que hace poco se murió uno de los mitos del cine español y resultó que no habíamos puesto nada de ella. Pero eso da igual. La sombra de la maldición es alargada. Muchos de los seguidores de nuestro Cineclub habían coincidido varios años con la diva en el tradicional viaje que cada año hacen a la Isla de Tabarca. Así que estaba marcada y así es como llegamos al homenaje que Pedro quiso rendir al mito del género castizo español. Hablamos de Sara Montiel y "El último cuplé".






Dicen las malas lenguas que el denominador común que tienen Sara Montiel e Ingmar Bergman es que los dos a lo largo de sus respectivas carreras se dedicaron a hacer siempre la misma película. Fuera bromas, es que el impacto que tuvo en su día «El último cuplé», encasilló a la Saritísima de por vida. Durante muchos años fue una de las películas más taquilleras de la historia del cine español (aunque creo que también lo fue El robobo de la jojoya). De hecho, la actriz ya nunca quiso volver a retomar su carrera en Hollywood. "¿Para qué? ¿Para hacer de india?", decía irónicamente, sabiendo que en España tenía garantizado el puesto más alto del pedestal.



Tras la cámara estaba Juan de Orduña, uno de los directores más prolíficos del cine español durante el franquismo. De las comedias ligeras, pronto pasó a los dramas ampulosos e interpretaciones grandilocuentes, características que vemos en "El último cuplé". La película nos cuenta la historia de la cantante María Luján con un destino marcado por la tragedia. Capaz de llegar a lo más alto en su carrera pero incapaz de ser feliz y que cae a los abismos por culpa del amor. Hasta la fecha, era habitual que cantantes profesionales doblaran a las actrices en sus números musicales. Las restricciones presupuestarias de esta película hizo que Sara tuviera que cantar sus propias canciones, lo que la disparó al estrellato. Así fue como comenzó un mito, con un tipo de cine que en su día fue muy popular y del que su fan número uno es José Manuel Parada. Un tipo de cine que en los 90 intentó fusilar la Pantoja, con unos resultados de vergüenza ajena. En definitiva, un tipo de cine del que no soy muy seguidor, aunque debo reconocer que hizo evadirse a toda una generación de unos tiempos muy pero que muy oscuros.

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