Propone: Pedro
Comenta: José Antonio
Hay
certámenes que nacen con una leyenda negra después de que se diera la fatal
casualidad de que se murieran todas aquellas estrellas a las que rendían
homenaje. Durante un tiempo pasó con el Festival de San Sebastián. Artista que
homenajeaba, artista que la palmaba. Luego, aunque somos mucho más modestos,
nos pasó a nosotros, a nuestro Cineclub Golfa. Pusimos una de Fellini y se
murió Fellini; pusimos a Bergman y también la palmó. Todo esto viene al hilo de
que hace poco se murió uno de los mitos del cine español y resultó que no
habíamos puesto nada de ella. Pero eso da igual. La sombra de la maldición es
alargada. Muchos de los seguidores de nuestro Cineclub habían coincidido varios años con la diva en el tradicional viaje que cada año hacen a la
Isla de Tabarca. Así que estaba marcada y así es como llegamos al homenaje que
Pedro quiso rendir al mito del género castizo español. Hablamos de Sara Montiel
y "El último cuplé".
Dicen
las malas lenguas que el denominador común que tienen Sara Montiel e Ingmar
Bergman es que los dos a lo largo de sus respectivas carreras se dedicaron a
hacer siempre la misma película. Fuera bromas, es que el impacto que tuvo en su
día «El último cuplé», encasilló a la Saritísima de por vida. Durante muchos
años fue una de las películas más taquilleras de la historia del cine español
(aunque creo que también lo fue El robobo de la jojoya). De hecho, la actriz ya
nunca quiso volver a retomar su carrera en Hollywood. "¿Para qué? ¿Para
hacer de india?", decía irónicamente, sabiendo que en España tenía
garantizado el puesto más alto del pedestal.
Tras
la cámara estaba Juan de Orduña, uno de los directores más prolíficos del cine
español durante el franquismo. De las comedias ligeras, pronto pasó a los
dramas ampulosos e interpretaciones grandilocuentes, características que vemos
en "El último cuplé". La película nos cuenta la historia de la
cantante María Luján con un destino marcado por la tragedia. Capaz de llegar a
lo más alto en su carrera pero incapaz de ser feliz y que cae a los abismos por
culpa del amor. Hasta la fecha, era habitual que cantantes profesionales
doblaran a las actrices en sus números musicales. Las restricciones
presupuestarias de esta película hizo que Sara tuviera que cantar sus propias
canciones, lo que la disparó al estrellato. Así fue como comenzó un mito, con
un tipo de cine que en su día fue muy popular y del que su fan número uno es
José Manuel Parada. Un tipo de cine que en los 90 intentó fusilar la Pantoja,
con unos resultados de vergüenza ajena. En definitiva, un tipo de cine del que
no soy muy seguidor, aunque debo reconocer que hizo evadirse a toda una
generación de unos tiempos muy pero que muy oscuros.
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