miércoles, 25 de septiembre de 2013

La nueva "comedia" madrileña

Propone: Nando
Comenta: José Antonio


El mundo al revés. Así es como define el director Fernando Colomo su película “¿Qué hace una chica como tú en un sitio como éste?”, que trajo Nando a nuestro Cineclub y que hoy comentamos. Según cuenta Colomo, la idea le vino leyendo un cómic de Mandrake el mago en el que se encontraba en una realidad donde todo estaba al revés. Los policías eran los malos y los pandilleros los héroes. Una situación muy similar en la que, según él, parecía encontrarse España durante los primeros tiempos de la transición. Ya estábamos en una democracia, pero todavía el viejo sistema franquista seguía manejando las teclas del poder. Una situación en la que se veía por todos lados la decadencia y la corrupción de los valores tradicionales, mientras que quienes hasta ahora eran considerados como golfos y gamberros tenían una ética y unos principios de la que el otro grupo podría aprender mucho. Y éste es el trasfondo que subyace por debajo de la cinta de Colomo rodada en 1978.




El papel de la protagonista lo encarna Carmen Maura, que es la dueña de una peluquería en Madrid y que está dominada por un marido del que ya se separó, pero sigue controlándola y viviendo a costa de ella. Su exesposo fue confidente de la policía durante la dictadura, denunciando a todo aquel que podía apestar a izquierda y ahora, con la llegada de la democracia, ve como el sistema le deja de lado y le ignora. En varias escenas de la película aparece disfrazado como el mago Mandrake. En el fondo es un tipo despreciable que sabe que realmente lo único que puede someter y controlar es a su propia familia. El ingrato papel del marido recae en Félix Rotaeta. Cabe destacar que en aquellos años Carmen Maura y Rotaeta eran un verdadero matrimonio fílmico, porque trabajaron juntos en varias películas. Algunas de ellas de Colomo.

Carmen Maura está hecha una chiquilla y eso que se supone que hace un papel de mujer madura. Otro que no reconocí hasta días después de haberla visto es a Héctor Alterio. Con pelo y todo. El personaje de la Maura a través una amiga conoce al cantante de un grupo de rock del que se enamora y con quien se introduce en el mundo de la noche. De ahí viene  el título de la película. ¿Qué hace una peluquera de barrio, casada y con dos hijos, en el ambiente nocturno del Madrid de los años 70? El sexo, drogas y rock & roll son las vías para liberarse de su opresión. Aunque la película tenía un guión que marcaba lo que debía pasar en cada parte, hay muchos diálogos y situaciones improvisadas.


La banda sonora es del grupo Burning, uno de los referentes de la llamada movida madrileña. Los integrantes del grupo forman parte del reparto, aunque el que aparece aquí como el cantante en la realidad no es el cantante. El director echó mano de un actor (no profesional, todo hay que decirlo), porque el físico del auténtico no daba para encarnar al personaje. De todas maneras, el cantante real sí tiene un pequeño papel haciendo del novio de una de las empleadas de la peluquería.


Los años han hecho envejecer mucho a esta película, cuyo mayor defecto es que se limita mucho a los años y la época en la que se rodó. Sin embargo, se deja ver y contiene escenas de interés. No sé si seré yo, será la época, o será otra broma de Fernando Colomo con su llamado mundo al revés. Y es que me desconcierta leer en todos lados que esta película es una comedia, cuando en realidad lo que se nos cuenta es un drama como la copa de un pino. Y es que esta película nos recuerda en toda su crudeza que la violación, aún cometida dentro del matrimonio, era una violación. Algo que en aquella época algunos ni se planteaban. A lo mejor es un humor demasiado sutil.

3 comentarios:

Juli dijo...

Es que entonceslos dramas eran las películas de Mariano Ozores. ¡Anda que no se llevan una buena somanta de palos los protagonistas de Los Bingueros!

Rubén dijo...

La movida fue una época de cambios rápidos. Y yo creo que el exmarido refleja esa parte de la sociedad a la que la transición y democracia pilló con el pie cambiado.
No se acostumbra ni a dejar de ser confidente ni al divorcio, una de las modernidades que trajo la Constitución.

J. Antonio dijo...

Bueno, lo normal es divorciarse de un sujeto como éste. Y desgraciadamente sigue habiendo muchos como él en esta época.