jueves, 5 de noviembre de 2009

Motín en la cárcel

Propone: Alberto
Comenta: José Antonio
Si Japón está demostrando que es capaz de hacer grandes películas de terror, Brasil está ofreciendo más que notables aportaciones al cine negro. Ciclos atrás disfrutábamos en el Golfa de "Ciudad de Dios" y ahora recientemente Alberto nos trajo "Carandiru". Estos países tan exóticos para la industria cinematográfica abren nuevos caminos, que nada tienen que envidiar al Hollywood más clásico. Al clásico digo, porque ahora parece haberse convertido en una factoría de videojuegos de la Play Station.
"Carandiru" es un drama carcelario basado en hechos reales, que narra la matanza de presos que hubo en la prisión del mismo nombre en el año 1992. Su objetivo es remover conciencias. Una cárcel con 7.000 reclusos y con capacidad para 4.000. Aquí en Alicante, ya vamos por ese camino, con hasta cuatro reclusos por celda. El director es Hector Babenco que ya hizo para los yankis “El beso de la mujer araña”. La historia está narrada en dos partes bien diferenciadas. En la primera, nos van contando la vida de los presos. Quiénes son, cómo eran antes de estar allí, cómo viven en la prisión. En la segunda parte, de la manera más tonta empieza un motín en la cárcel que acaba en un baño de sangre.

La primera parte de la historia está destinada a identificarte con los personajes. Está el patriarca de la cárcel, al que todos piden consejo; el vividor que está casado con varias mujeres; el travesti, que acaba encontrando el amor de su vida entre rejas; el médico que trata de ayudar a que el virus del sida no se extienda más entre los reclusos y que realmente se preocupa por ellos, etc. La verdad es que con algunos no se sabe muy bien donde estarán mejor si dentro o fuera de prisión. No hay personajes verdaderamente malvados, un tópico al que fácilmente se podría acudir en un drama carcelario. Estos pobres reclusos, son producto de la pobreza, no de la maldad.
Superada esta parte de escenas cotidianas de la vida de la cárcel, comienza la segunda. Fueron 111 los presos asesinados por la policía brasileña. Como el espectador ya ha empezado a familiarizarse con estos personajes, el impacto es brutal. La respuesta policial es totalmente desproporcionada. El motín empieza como un juego y no llegan a generarse situaciones de riesgo. Sin embargo, para la dirección del penal la situación está fuera totalmente de control y están desbordados por el elevado número de reclusos. No les queda otro remedio que llamar al ejército, que se abre paso a tiro limpio llegando a disparar a gente que de rodillas se rinde ante ellos. A raíz del sangriento suceso la cárcel acabó clausurándose y fue demolida poco antes de que se estrenara esta película en la gran pantalla.

2 comentarios:

JULI dijo...

Si hubieran tenido una enfermera como la del nido del Cuco, no se hubiera liado tan gorda.

J. Antonio dijo...

Los hubiera lobotomizado a todos antes.