lunes, 19 de diciembre de 2011

Supernanny



Propone: David
Comenta: José Antonio


Arthur Penn es uno de esos directores al que he ido dedicando mi particular homenaje a lo largo del Cineclubgolfa, trayendo películas como "La jauría humana" y "Pequeño Gran Hombre". A esta lista habría que añadir una tercera que supongo que algún día caerá y que no hay más que hacer una consulta a su filmografía para deducir de cuál se trata. Penn es otro de esos directores con la maldición del Golfa porque falleció en 2010, por lo que alguno de esos dos títulos seguro que ya habría caído para entonces. Y hete aquí que hace poco David nos sorprendía con una película de Penn que no había visto: "El milagro de Ana Sullivan".


El papel de la protagonista lo interpreta Ann Bancroft, a quien todo el mundo recuerdo por su papel de la madura que seduce a Dustin Hoffman en "El graduado", pero el único Oscar de su carrera lo ganó precisamente con esta película. Se trata de una de esas historias sobre romper barreras y la lucha sobre la superación basada en una historia real. Primero se hizo un telefilm, luego una obra de teatro y finalmente este salto a la gran pantalla que lanzó al estrellato a Bancroft (casada con otro conocido de nuestro Cineclub, Mel Brooks).


Ana Sullivan llega a una casa para ocuparse de Hellen, que quedó sorda, ciega y muda al poco tiempo de nacer. La joven discapacitada llegó a la adolescencia en una burbuja que la aísla del mundo y en la que ha impuesto su tiranía a todos los miembros de su casa. Hace lo que quiere, cuando quiere y como quiere, sin que nadie la replique porque nadie es capaz de hacerse entender con ella. A la hora de la comida coge literalmente con las manos lo que hay en los platos, con independencia que sea el de ella o el de los demás. Ahora mismo no recuerdo si también hacía sus necesidades en aquellos lugares de la casa que mejor le venían a mano, pero seguro que realmente era así. Sus padres la han consentido absolutamente todo porque no han sabido cómo hacerle comprender el significado de la palabra "no". Ni siquiera saben si su hija tiene algún atisbo de inteligencia. La película narra la lucha de voluntades entre la joven que quiere seguir haciendo todo a su antojo y la profesora que trata de hacerle entender que hay límites. Este choque de voluntades queda perfectamente reflejada en una escena de 30 minutos de reloj, en la que la cuidadora trata de hacer entender a la joven que tiene que usar los cubiertos para comer. Una lección que llega al enfrentamiento físico y la escena alcanza unos niveles de tensión insoportables. Si, hoy día, proliferan los niños tiranos por la ausencia de una educación adecuada, la tarea de esta maestra para llegar a alguien cuya naturaleza consiste en la incomunicación más absoluta se puede considerar como titánica. Una supernanny. Penn, que está más acostumbrado a moverse en ambientes de violencia, logra escenas de gran violencia psicológica, pero consigue también un drama intimista que se sigue con interés de principio a fin, rodado en blanco y negro y que no ha perdido nada de vigencia. Se mantiene joven y fresca. Tan joven como el personaje de Ann Bancroft, que paradójicamente luego pasaría a la historia por el papel de una madura asaltacunas que se convierte en la amante del novio de su propia hija.


16 comentarios:

JULI dijo...

Película genial. Gracias por la elección, David.

Pepe dijo...

Creo que ya sé cual es la cuarta peli de Penn que nos queda por ver, pero no lo diré. Mr. Spoiler (Rubén) nos lo revelará muy pronto en los siguientes comentarios.

Rubén, es broma. La verdad es que la película es un gran trabajo por parte de todo el reparto y del equipo técnico. El momento de la fuente, cuando por fin todo cambia para Hellen es sublime. Me emociono al recordarlo...y es que para mi la película entre otras cosas nos cuenta la importancia que tiene la comunicación para las personas, el poder interactuar con nuestro entorno y sobre todo con nuestros semejantes es lo que de verdad nos hace humanos.

Y aunque hoy en día no estemos del todo de acuerdo con sus métodos (no creo, José Antonio, que sea extrapolable a los pequeños tiranos actuales cuyo problema es otro que el de ser sordociegos) y a pesar de que la verdadera Anne Sullivan acabara de gira con Hellen convertida en una especie de curiosidad científica (una atracción de feria, dirán los menos complacientes), creo que la película nos da a todos una lección sobre la tenacidad, y fundamentalmente sobre el significado de la palabra Maestra, cosa que queda reflejada en el que para mi es el instante más tremendamente emocionante de toda la cinta.

Pepe dijo...

Recórcholis! No puedo decir cual es ese instante por haber tachado a Rubén de aficionado al spoiler.

Rubén dijo...

No te preocupes, yo solo "espoileo" en mis comentarios para que suban en número.

J. Antonio dijo...

Vaya, alguien no sabe el significado de la palabra spoiler.
Yo suelo intervenir poco en mis propios comentarios porque se supone que la mayor aportación es el comentario en sí y luego la gente es la que debe debatir. Si tengo que intervenir sin que haya opinado la gente para contestar a lo que otros escribes, entonces algo no debe estar bien en el comentario, si luego tienes que ir posteando más cosas que no están en el texto y sin que la gente haya intervenido. Yo suelo entrar a comentar en los de todos y a ser posible a provocar debate para que haya muchas intervenciones.

Pepe dijo...

Yo entiendo spoiler por contar cosas del argumento que puedan chafar el momento a nuevos espectadores al quitarle el factor sorpresa...
Me equivoco?

Rubén dijo...

El que se ha equivocado, Pepe, he sido yo.

Pepe dijo...

Ay Rubén, Rubén, como te pille Ana Sullivan te vas a enterar jajajaja

J. Antonio dijo...

Como spoiler es una palabra sin base griega...

Víctor dijo...

La ví hace mucho tiempo, y resulta que sólo recuerdo con claridad precisamente el plano de la niña con las manos bajo la fuente mientras Ana Sullivan bombeaba fervorosamente el agua.

Podría seleccionarse como uno de los grandes momentos de la historia del cine, sin ninguna duda.

J. Antonio dijo...

¿Es ésa escena en la que estábamos todos hablando? Pues sí que se la jodimos entonces a más de uno.

Víctor dijo...

Por un momento he pensado que ¡salíais en la película! Pero he concluido inmediatamente, «¡No puede ser!, de eso me acordaría también...»

Víctor dijo...

Es que no son ya horas...

Pepe dijo...

Víctor es que hay días que se vuelven ingobernables, y es complicado meterse en las películas dramáticas cuando están todos haciendo chascarrillos (algunos que sólo le hacen gracia a quien los profiere). Y bueno, aunque a veces yo también me uno al coro, otras acabo de los nervios...Ay cuanta falta haces, Anne Sullivan!!!!

JULI dijo...

Lo de los chascarrillos es una cosa a corregir, aunque a veces sean una forma de evasión ante películas infumables.
Por supuesto, no es el caso de esta película.

Pepe dijo...

Aunque yo soy el que más lo sufre (por lo menos el que más se queja), reconozco que la irreverencia y el chascarrilleo también forman parte de nuestro encanto.

Os quiero a todos! Feliz Navidad!