Comenta: Pepe
Pues sí, hemos llegado a la proyección oficial número cien de nuestro cineclub, y lo hemos hecho con la película británica de 1989 Enrique V, que propuso José Antonio la semana pasada, continuando con su ciclo dedicado a Shakespeare. La película está dirigida por Kenneth Brannagh y protagonizada por él mismo, secundado por un sólido reparto. Por citar sólo a los más conocidos: Emma Thompson, Christian Bale, Derek Jacobi, Judi Dench, Ian Holm...
La película es una fiel adaptación de la obra teatral, sobria y contenida en ocasiones, y en ocasiones desatada y grandilocuente, que basa su eficacia en el buen hacer de sus intérpretes, en el respeto al texto original y en la maravillosa música de Patrick Doyle. Brannagh sabe combinar momentos de gran intensidad épica, como la famosa arenga del día de San Crispín, con otros de la más intimista introspección (ese monólogo espléndido del rey en la víspera de la batalla, abrumado por la culpa y la responsabilidad), con imaginativas soluciones de puesta en escena (el coro de la historia, maravilloso Derek Jacobi, vestido de forma contemporánea y moviéndose entre la tramoya y los campos de batalla) y secuencias rodadas con tal maestría que parece imposible pensar que estemos ante un debutante.
Para muestra un botón. Os dejo con el paseo del rey Enrique V después de la batalla. Acaba de ganar de calle, y sin embargo el desfile es cualquier cosa menos triunfal, es simplemente otra vez el hombre ante el dolor, la destrucción y la desgracia que él mismo ha causado.
Un único plano secuencia de casi cinco minutos de duración, de planificación casi imposible y virtuosa ejecución, en el que la música va cogiendo protagonismo a través de una preciosa melodía en forma de canon que va ganando complejidad a medida que avanza. Multitud de elementos puestos en juego. La cámara que gira, se detiene, vuelve a avanzar, mientras decenas de extras entran y salen del plano por todas partes. Es justo lo contrario que veíamos cuando hablábamos de la secuencia de la avioneta en Con la muerte en los talones, y sin embargo esto también es cine en estado puro, cine del grande.
Para muestra un botón. Os dejo con el paseo del rey Enrique V después de la batalla. Acaba de ganar de calle, y sin embargo el desfile es cualquier cosa menos triunfal, es simplemente otra vez el hombre ante el dolor, la destrucción y la desgracia que él mismo ha causado.
Un único plano secuencia de casi cinco minutos de duración, de planificación casi imposible y virtuosa ejecución, en el que la música va cogiendo protagonismo a través de una preciosa melodía en forma de canon que va ganando complejidad a medida que avanza. Multitud de elementos puestos en juego. La cámara que gira, se detiene, vuelve a avanzar, mientras decenas de extras entran y salen del plano por todas partes. Es justo lo contrario que veíamos cuando hablábamos de la secuencia de la avioneta en Con la muerte en los talones, y sin embargo esto también es cine en estado puro, cine del grande.
5 comentarios:
Te has corrido, bribón!
Esto de que te traigan a tu Kenneth Bragas!
Para no ser acusado de idolatría por el noble y gentil caballero Julián, diré que la carrera del pobre Ken está siendo más bien irregular, y creo que no me equivoco si afirmo que esta es su primera película y también la mejor.
Me hubiera gustado imitarte y hacer el comentario en estilo shakespeariano, pero definitivamente el pentámetro no es lo mío.
Es que tuvo un bache con la Emma y le repercutió en su obra fílmica.
Por poner alguna pega a la película, diré lo que ya comenté en el coloquio que sostuvimos al concluir la proyección, y es que el ver una película en versión original, y sobre todo si es tan densa en los diálogos, me supone no apreciar bien la interpretación, pues gasto todas mis energías visuales, actualmente no al cien por cien de su capacidad, en la lectura de los textos, y no en apreciar el movimiento de los personajes. Ya sé que me alejo notablemente de la opinión generalizada de los críticos con esta apreciación, y aunque ese punto de vista me parezca respetable, no lo he compartido nunca.
Además, el doblaje supone trabajo para los actores españoles, que tan de capa caída está últimamente, con las últimas series basura que abundan en la parrilla televisiva y con las pelis subvencionadas, cuya abundancia de medios (económicos) es directamente proporcional a la escasez de calidad que poseen.
Lo de la falta de calidad es discutible, pero lo de la abundancia de medios es sencillamente ridículo. Hay spots de coca cola más caros que la mayoría de largometrajes españoles.
En cuanto al doblaje, estoy de acuerdo. Con películas tan densas, tan "habladas", se hace dificil seguir las imágenes y leer al mismo tiempo, pero también es verdad que es imposible imitar la musicalidad de los versos de shakespeare, ya que ni siquiera están basados en la rima, sino en la métrica y el ritmo, con lo cual en el doblaje se pierde una parte esencial.
De todas formas yo la vi por primera vez doblada, y me fascinó igualmente, así que supongo que en esencia pienso igual que tú.
Viva jaque y britni espir!!!!
De: el bastardo de ivan.
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