Propone: Alberto
Comenta: José Antonio
La abuela Emilia, tras la fiesta de su 84 cumpleaños, decide aceptar la invitación que le ha hecho su sobrina para ser su madrina de boda. La ceremonia se celebra a 1.500 kilómetros de distancia y, como buena matriarca, arrastra a toda su familia a un viaje en una autocaravana con la que recorrerán hacinados todo el país y con la que nos regalarán 103 minutos de insufrible aburrimiento. "Famila Rodante", película argentina del año 2004, fue la propuesta que nos hizo Alberto en una de nuestras recientes sesiones de nuestro cineclub Golfa.
La tercera película del argentino Pablo Trapero es una road movie que narra las peripecias de esta familia en una chatarra que se rompe cada dos por tres y bajo un asfixiante calor, sin aire acondicionado. Pese a las buenas intenciones del director, la comedia que se insinúa al principio jamás llega a cristalizar, obligando al espectador a consultar continuamente su reloj para despejar una pregunta que siempre se repite incisivamente en esos viajes largos cuando se va con niños: " ¿Falta mucho?"
Hay buenos personajes en potencia, pero apenas se les consigue arrancar esos momentos en los que comprendes por qué te gusta el cine. La matriarca, el bonachón cascarrabias, el niño travieso, el cuñado urbanita y tocapelotas, los tres adolescentes con las hormonas desatadas y otros de los que no te has dado cuenta de su existencia cuando la película ya supera la hora de duración, como es el caso de la joven madre maltratada.
La película es la historia de un viaje coñazo. El hecho de que uno se aburra viéndola no quiere decir que el director haya conseguido transmitir lo que quería. El aburrimiento es consecuencia de las limitaciones de la película. El cine hace reir, llorar, pasar miedo, emocionar, pero no aburrir.
Habrá que esperar un remake de Hollywood, en el que un terminador venga del futuro a eliminar a la vieja antes de los 83 años y así evitar que este insufrible viaje tenga lugar alguna vez. Almenos algunos nos divertiríamos más.
La tercera película del argentino Pablo Trapero es una road movie que narra las peripecias de esta familia en una chatarra que se rompe cada dos por tres y bajo un asfixiante calor, sin aire acondicionado. Pese a las buenas intenciones del director, la comedia que se insinúa al principio jamás llega a cristalizar, obligando al espectador a consultar continuamente su reloj para despejar una pregunta que siempre se repite incisivamente en esos viajes largos cuando se va con niños: " ¿Falta mucho?"
Hay buenos personajes en potencia, pero apenas se les consigue arrancar esos momentos en los que comprendes por qué te gusta el cine. La matriarca, el bonachón cascarrabias, el niño travieso, el cuñado urbanita y tocapelotas, los tres adolescentes con las hormonas desatadas y otros de los que no te has dado cuenta de su existencia cuando la película ya supera la hora de duración, como es el caso de la joven madre maltratada.
La película es la historia de un viaje coñazo. El hecho de que uno se aburra viéndola no quiere decir que el director haya conseguido transmitir lo que quería. El aburrimiento es consecuencia de las limitaciones de la película. El cine hace reir, llorar, pasar miedo, emocionar, pero no aburrir.
Habrá que esperar un remake de Hollywood, en el que un terminador venga del futuro a eliminar a la vieja antes de los 83 años y así evitar que este insufrible viaje tenga lugar alguna vez. Almenos algunos nos divertiríamos más.
7 comentarios:
Es un documental o una pelicula?:)
Es dificil inspirar a una colectividad, y a veces emocionar a muchos es tan fácil como escribir un libro de autoayuda o utilizar el diccionario abreviado de "como emocionar en el cine" (sin embargo no todos llevamos reloj)
fdo.: Iván
Reconozcamos que con reloj o sin él, se le podría haber sacado mucho más jugo a las situaciones. No digo que tenga que ser trepidante, pero hombre, un poco de trabajo de guión no le viene mal a nadie.
Efectivamente, emocionar en el cine no es algo fácil. Ni tampoco existe una fórmula matemática que se aplique instantáneamente. Todo es cosa de inspiración y talento. Otras veces es cosa de medios. Si fuera tan sencillo, todas las películas serían buenas.
En este caso, no creo que estemos hablando del pobre autor incomprendido por un público caprichoso que se tira a lo facilón.
Iván deberías llevar reloj a las pelis. Así sabrías los minutos que te has perdido mientras te dormías. ;)
Es una docupelimental, por supuesto.
No lo habéis entendido. Iván quería fardar de que ahora sí tiene reloj (muy chulo, por cierto).
Respecto a lo de tirarse a lo facilón, ¿dónde está esa, que me la tire yo también?
Un reloj binario muy bonito, por cierto.
Hoy no os fijasteis pero no llevaba reloj, por si acaso disparabais con bala.
Las pelis buenas siempre vuelven a la memoria en situaciones cotidianas, sean del estilo que sean.
Por cierto dicen que yo me parezco a Sean.
De esta peli ¿resurgirá en nuestra memoria alguna vez? Vivan las autocaravanas!!!
¿Qué película era?, ¿quién es Sean?, me temo que se me ha olvidado todo.
También hay pelis malas y pésimas que de vez en cuando nos vienen a la cabeza. Y como muestra a todos nos queda el recuerdo de PI, que fue el comienzo de toda una leyenda en nuestro amado GOLFA.
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