lunes, 22 de septiembre de 2008

Esa extraña pareja

Propone: Carlos
Comenta: Lorena

Un cámara de televisión recibe un fuerte balonazo durante el transcurso de un partido de fútbol americano. El liante de su cuñado, un abogado listillo y avispado, le convence para que se finja imposibilitado y así estafar al seguro y sacar una buena tajada. El cámara, de intachable conducta y buen corazón, se deja llevar a ante la posibilidad de recuperar así a su ex mujer.


Con este argumento, Billy Wilder nos ofrece una ácida comedia protagonizada por la excelente pareja formada por Jack Lemmon y Walter Matthau.

Con En bandeja de plata, al igual que ya hizo en El apartamento (vista en el segundo ciclo) Wilder ataca directamente al materialismo. El personaje protagonista –Lemmon- acaba haciendo algo inmoral a cambio de obtener una mejora en su situación económica y social. Disfrazado de una persona noble e incorrupta, acaba sucumbiendo ante las mieles que le ofrecen el pícaro de su cuñado –Matthau- y la aprovechada de su ex mujer, que ven la posibilidad de llenarse el bolsillo a costa del bobalicón de Lemmon. Tan sólo el pobre “Boom Boom”, el entrañable centrocampista que lanzó el balón, conseguirá despertar en él la honradez necesaria para deshacer todo el entuerto.

Con esta película, el tándem Lemmon-Matthau inició su andadura como pareja cinematográfica. Después participaron en otras nueve películas, dos de ellas nuevamente a las órdenes de Wilder. En mi opinión, en En bandeja de plata, Walter Matthau se come literalmente a Lemmon en su interpretación. Tal vez tuviera algo que ver el infarto que padeció el actor durante el rodaje debido a sus excesos (tabaco, mujeres…) y le mantuvo alejado del mismo durante un tiempo. A su vuelta, tras adelgazar ¡¡20 kilos!! y ser obligado a cuidar su dieta y hacer deporte, parece ser que el carácter se le agrió un poco y abordó el personaje de abogado canalla con cierta agresividad que tal vez no hubiese sido capaz de mostrar en otras circunstancias.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay una sutileza que me pareció muy graciosa y que nadie comentó al acabar la película, y es posible que a algunos se le pasase.
Se trata de un comentario que hace Walter Mathau cuando Jack Lemon descubre todo el pastel: "tendré que anular la reserva en el Gran Hotel".
¿Con quién había concertado allí la cita? ¿Con su abnegada esposa o con la ex-esposa del abnegado?

Anónimo dijo...

Pues ni me había dado cuenta. Enhorabuena Lorena, otra más que se estrena en comentar películas. Sigue así y esperamos más comentarios.

Anónimo dijo...

Pues se pretendía ir con la rubia perversa. Esta claro.
Pelicula buena, sin llegar al nivel de el apartamentito.
Se dice, se rumorea, se comenta...
Bienvenida.
Fdo: el reloj binario.

taratela dijo...

Buen comienzo tubieron estos dos, que no dejaron de meterse en follones desde entonces.
Bienvenida Lorena. ;P

Anónimo dijo...

Muy bien, Lorena, aunque disiento en una cosa. Puede que la interpretación de Mathau sea más vistosa, pero jack lemmon es un actor maravilloso que con muy pocos elementos te monta una actuación memorable. Yo no creo que se lo coma ni mucho menos, sólo que se plantea el personaje con más contención. Viva el sr. Limón!!!

Lorena dijo...

Si a mi me encanta el limón, lo que pasa es que creo que en esta peli en concreto el limón agrio tiene más jugo...
Gracias por la acogida!!

Y enhorabuena Laura por tus notazas!!!

Anónimo dijo...

Aparte de la destacable calidad de la película, ya comentada, me resulta fascinante saber que en los años 60 ya existían las lentillas de colores y las sillas de ruedas motorizadas...

Bueno, y aunque esto no aparezca y no tenga que ver nada con este filme, otra cosa muy llamativa de aquella época es un prototipo de coche de Ford propulsado con energía nuclear, que se puede ver por el internete.