lunes, 25 de enero de 2010

Alguien está jugando con alguien, a alguien se le va a separar el alma del cuerpo...

Propone: Laura
Comenta: Juli

Y precisamente no son el mismo.
Como piezas de ajedrez en un tablero cúbico despiertan seis personas.

Alguien está jugando al cubo de Rubik con ese tablero y con sus vidas: las casillas, todas ellas cúbicas a su vez, se mueven. Nadie sabe donde están, ni siquiera al principio saben que los cubos se mueven. Ni que tienen trampas mortales.
Debe haber una salida, pero ¿cómo hallarla? La película transcurre con los protagonistas intentando descifrar el cubo y el por qué y por quién de las cosas. Laura de nuevo nos trae otra buena película de pensar.


Los seis personajes son totalmente contrapuestos y nadie es lo que parece:
-Alderson, aparece en escena y se muere. Bueno, he sido demasiado generalista con la afirmación anterior, este tío sí es lo que parece: un cadáver, y por él descubren que los cubos se mueven. Es como el monopoly, lo descubren, se van tomando siempre la misma dirección, y de repente se encuentran de nuevo en la casilla de salida.

-Quentin, el policía que demuestra autoridad y liderazgo, no es sino un psicópata violento en su vida cotidiana, un personaje atormentado que poco a poco irá mostrando sus peores instintos.
-Rennes, el escapista profesional fugado de siete cárceles, su propia soberbia es su perdición.
-Worth, un arquitecto que ayudó a diseñar el cubo, pero no sabe ni para qué ni para quién, ni dónde se hizo. Es un tipo griiiiiiis.
-Leaven, una joven estudiante de matemáticas, más sosa que una sopa de palomitas. Da con la clave numérica que les lleva a entender el funcionamiento/movimiento de los cubos.
-Kazan, un autista que es capaz de efectuar operaciones matemáticas con sorprendente rapidez y efectividad.
-Holloway: médica vocacional, gracias a ella, no dejan de lado a Kazan. Su afán por desentrañar las conspiraciones universales no consigue revelarnos quién mató a Kennedy.

Para la reflexión:
Estás tranquilamente en tu casa, abres la nevera, coges un yogur Hacendado y antes de abrir la tapa te desvaneces. De repente despiertas en una habitación totalmente cúbica con paneles de colores luminosos que proporcionan una agradable luz indirecta, y trampillas en el centro de cada uno de los lados. Ahora... ¡Sobrevive!

2 comentarios:

J. Antonio dijo...

La película logra quitarse el manto de trabajo de prácticas de becario que aspira a ser algo en el celuloide para conseguir escenas de tensión. En seguida, consigues olvidarte de que se trata de un producto de bajo presupuesto y te metes de lleno en la historia.

Morfeo dijo...

Seguro que el yogur estaba caducado, Julián, aunque peor es equivocarse de aspirina y despertarse dentro de una vaina...