Propone: Belén
Comenta: José Antonio
El señor Albert Nobbs es el mayordomo de
un hotel en el Dublín decimonónico. Discreto, solitario, eficiente y correcto,
el señor Nobbs esconde un gran secreto: en realidad es una mujer. "Albert
Nobbs" es la propuesta que trajo al Cineclub Belén. No es la primera vez
que vemos la historia de una mujer que se hace pasar por hombre. Ejemplos hay
muchos en la gran pantalla. Así a bote pronto recuerdo Yentl de Barbara
Streisand, o a Gwynneth Paltrow en Shakespeare in Love. Por no hablar de todas
aquellas historias épicas en las que las mujeres se tenían que disfrazar con
una armadura para que las dejaran ser caballeros. En la literatura, también
está el ejemplo de Fernán Caballero, el seudónimo utilizado por Cecilia Böhl de
Faber para publicar sus novelas. Pero, volviendo al tema principal, tampoco es
la primera vez que la protagonista del filme, Glenn Close, se disfraza de
hombre. En el Hook de Steven Spielberg hacía un pequeño cameo como
miembro de la tripulación pirata del Capitán Garfio. Además, resulta que esta
actriz ya interpretó Albert Nobbs en teatro durante los años 80. Desde
entonces, el llevar la historia a la gran pantalla se había convertido en un
reto personal. Más de quince años estuvo tratando de sacar adelante el proyecto
y, tras varios cambios tanto el reparto como en el director, fue finalmente
Rodrigo García el cineasta encargado de filmarla en 2011. Aunque el apellido de
este director parece no decir nada, pues anda que no habrá garcías por el
mundo, resulta que éste es hijo de Gabriel García Márquez, uno de mis
escritores favoritos. Rodrigo García es un director con experiencia tanto en la
gran pantalla, como en la televisión, donde ha dirigido algunos episodios de
series como Los Soprano, Carnivale, o A dos metros bajo Tierra.
Sobre el papel, la historia de Albert
Nobbs es sobrecogedora. Hija de madre soltera que malvivía por las calles de
Irlanda y que decide empezar a hacerse pasar por hombre a la edad de 14 años.
Una manera de conseguir todas las ventajas en una sociedad en la que sólo
parecen contar los hombres y, por otro lado, conseguir que no la violen.
Durante años se mete en el disfraz del correcto mayordomo, sin que nadie llegue
a sospechar de él. Un día descubre que no está sola, al conocer a otra mujer
que como ella se hace pasar por hombre. Ella incluso ha llegado a casarse con
otra mujer y mantienen la ficción de que son un matrimonio. Este descubrimiento
es lo que hace a Albert plantearse cambios en su vida, cumplir el sueño de
regentar su propio negocio y de tener su propia esposa, una compañera de
trabajo a la que empieza a cortejar. Una relación que será la que acabe
desencadenando la tragedia.
Con todos estos
ingredientes, la historia prometía mucho. El problema es que el resultado se
queda muy lejos de la gran película que podía haber sido. La narración no llega
a profundizar en ninguno de estos elementos y se queda en la superficie. Por
eso incidía en los antecedentes televisivos del director, porque da la
sensación de que éste pensara que todo lo que se queda en el tintero es una
historia que se contará en otro capítulo de la serie. Las historias de los
inquilinos del hotel quedan como un pegote y no se sabe muy bien a santo de qué
vienen. Quizá hay un montón de metraje deshechado que ha dejado mutilada la
obra, de tal manera que se evite que el listo de turno diga esa frase que tanto
detesto: "Le sobra media hora". Pero todo esto son suposiciones. Lo
único que me queda claro es que todo sabe a poco y que le falta algo a la
película que la eleve de la categoría de correcta a redonda.
4 comentarios:
De mujeres que se hacen pasar por hombres me quedo con "Víctor o Victoria" de Blake Edwards.
En lo demás, coincido con José Antonio. Yo estuve tentado de redactar el comentario y descubrí que ya había interpretado el papel en el tetatro, como indica el comentarista; fue un dato que me sorprendió pero que me permitió comprender la grandeza de la interpretación.
Hubiera sido una buena película para el ciclo de Laura de realidad-ficción.
Qué fallo olvidar Victor o Victoria. Me encanta esa peli. En mi descargo diré que en realidad no es una mujer que se disfraza de hombre. Es una mujer que se disfraza de un hombre que se disfraza de mujer. ¿Se puede complicar más? Saludos boludos
Perfecto comentario, Jose Antonio! Sobre un gran film también. Todo lo que hace Rodrigo García me encanta, me parece de una inteligencia apabullante. Una de mis series de televisión favoritas, En terapia, es suya también y no he encontrado alguien que sepa crear tanta expectación a base de primeros planos e historias personales.... Creo que Rodrigo García posee un conocimiento intenso del alma humana y a la vez de cómo contar bien una historia y sólo él consigue que ambas cosas ¡sean la misma cosa! Para mi, esta película es una gran ejemplo de ello. Pero sí es cierto, y te doy la razón, que le faltaba un hervor, como si en el último momento todo se precipitará para evitar prolongarse más en el tiempo y la última parte me da la impresión, como a ti, estar cuajada de recortes no del todo cuidados. Y sí, puede ser que la costumbre del director a contar con mucho detalle las historias en forma seriada, evidencie que le hace falta más experiencia en la gran pantalla.
Publicar un comentario