Comenta: Esther
La primera vez que vi Tierras de Penumbra era el verano de
1994, cerraba un curso académico en el que, junto a Azul de Kieslowski y El Piano
de Jane Campion, el cine me había regalado las tres películas que con mayor
intensidad han grabado mi vida, descubriendo en él a uno de mis mejores
compañeros de viaje desde entonces.
Para mí, ésta es una historia de las grandes, como las epopeyas griegas o los cuentos tradicionales, de esas que narran el desenlace de una vida sincera de la que todos podemos nutrirnos, profundizando en la crisis y resolviendo en su sublimación. De esas historias que me apasionan…
Se trata de la vida de C. S.
Lewis, conocido autor de Las Crónicas de
Narnia y tantas otras grandes obras más, como sus ensayos sobre el
amor (The Allegory of love), el dolor (The problema of pain) y sus poemas. El filme, de hecho, está basado
en la novela autobiográfica Una pena en
observación, escrita por el mismo Lewis tras la muerte de su esposa. El
mérito de Attemborough es el de haber conectado íntimamente con la obra y
haberla traducido audiovisualmente de manera impecable, dirigiendo la que es
para mí su mejor película.
Jack es un hombre de vida
controlable, de retos controlables. Ha pasado toda su vida confeccionándosela,
desde que la muerte le hiciera su primer respingo en la niñez. Su
burbuja es la vida académica en la burbuja académica de Oxford, es la
exuberante ficción de sus relatos, es su religiosidad[i],
su soltería mantenida hasta casi el final de su vida, es el Jack que juega al
divo en sus locuciones y conferencias y a competir con sus colegas. Pero bajo
esta protección tan cuidadosamente tramada, se escondía el germen de lo
imponderable. Clive Staples Lewis (que adoptó a los cuatro años el nombre de Jack
tras la muerte de su perro Jacksie),
tuvo que experimentar la enfermedad y muerte de cáncer de su madre cuando solo
tenía nueve años, coincidiendo con su ingreso en la siniestra Wynyard School cuyo rector acabaría
internado en un psiquiátrico. Su pena, mal acompañada entonces, conformaría el
trauma que acabaría dirigiendo la vida del irlandés y llevaría al adolescente Jack,
nacido en una católica familia, a renegar en un primer momento de la religión y
profundizar en creencias denostadas por la fe cristiana: ocultismo, mitología,
astrología, simbología medieval…
Efectivamente, a lo largo de
la vida de C. S. Lewis, tuvieron lugar a la vez, la necesidad de llegar a las
más ocultas profundidades del alma y la protección o fantasme[ii] que le llevaron a
huir de la realidad, del sentimiento que lo conecta con la vida, una y otra
vez.
Aquel germen no eclosionaría
hasta la aparición en escena de la mariposa Joy Gresham. Joy la americana extemporánea[iii],
la comunista y atea, la poeta con dos hijos, divorciada de un marido alcohólico
y promiscuo. Una mariposa convulsa que llega allende los mares a encontrarse
con su gran admirador, con la impronta de la muerte tatuada en sus alas. Hombre-flor,
mujer-insecto polinizador que vendrá a inocular la transformación[iv]
del solterón teólogo Jack. Hombre-flor de vida estable y rutinaria y
mujer-mariposa convulsa que busca su paz y, a la vez, hace estallar su burbuja[v].
Para Jack, amor y muerte tendrán que darse unidos de nuevo, cerrando el círculo
vital originado. Pocos se exponen a tanto, a volver de nuevo a aquello que
provocó la pena. La mariposa Joy enfermó de cáncer como la madre de Jack al
poco de estar juntos. Mejorará tras su boda, en un alarde milagroso calificado por Jack, pero acabaría sucumbiendo
cuatro años más tarde.
Tras la muerte de su esposa,
llegaría la gran crisis de fe, el reencuentro con el sentido pleno de su vida
reflejado en el libro que da origen a esta película, firmado bajo pseudónimo y
llegaría también su enfermedad de corazón de la que moriría dos años más tarde.
Esta es la historia de una
persona honesta que luchó por dejarnos su mejor yo. Un retrato o impronta que
nos conecta con la vulnerabilidad, ese aspecto del alma humana que nuestra
sociedad de progreso ha ahogado hasta llenar de suicidios conscientes o
inconscientes cada uno de los hogares de este pretencioso mundo del artificio. Porque
¿cuántos estamos dispuestos a morir a nosotros mismos para hacer con nuestro camino
un mundo mejor? ¿Cuántos a conectar con aquello que nos hace más vulnerables y
nos permite la conexión real con la vida? C.S Lewis, con su vida y su obra,
dejó el legado de esa aventura, la Odisea de una vida con final de vuelta al
hogar, al corazón. Y le estoy inmensamente agradecida.
Amar del todo es ser vulnerable. Ama
cualquier cosa y tu corazón seguramente será estrujado y posiblemente roto. Si
quieres asegurarte de mantenerlo intacto, no debes darle tu corazón a nadie, ni
a un animal… Cúbrelo cuidadosamente con pasatiempos y pequeños lujos; evita
cualquier enredo; guárdalo bajo llave en el ataúd o féretro de tu egoísmo. Pero
en ese féretro –seguro, oscuro, sin movimiento, sin aire- cambiará; se volverá
irrompible, impenetrable, irredimible… El único lugar, a parte del cielo, donde
puedes estar perfectamente seguro contra todos los peligros del amor, es el
infierno.
C.S. Lewis
[i] C.S
Lewis es considerado uno de los más importantes apologistas cristianos del
siglo XX.
[ii] Fantasía
o burbuja; término freudiano que alude a la actitud escapista frente al dolor.
[iii]
Niña prodigio en su infancia, trabajó como guionista para la Metro Goldwyn
Mayer y fue una crítica de cine
despiadada en los 40.
[iv] El
ladrón de orquídeas, 2002
[v]
Notting Hill, 1999; Safe Heaven, 2013…
6 comentarios:
No sabía que la madre de Lewis había muerto siendo él niño, ni que él hubiera muerto dos años después de los hechos que se cuentan aquí. Son datos que enriquecen la historia. De las tres pelis que citas yo me quedo claramente con ésta. Y eso que el libro en el que se basa no es una novela convencional. Es un ensayo sobre el sufrimiento. Sus conclusiones son la antítesis de Camino. Dos pelis ideológicamente opuestas pero ambas muy buenas. Como acabábamos de ver la de Fesser me pareció interesante poner ésta.
Ok. fdo: ivan
Sí, efectivamente, la vida de Lewis enriquece aún más la historia. En la peli no se muestra la muerte del autor, pero sí, creo recordar la de sumadre, en esa escena con el niño en el desván...
¿Has leído la novela original? ¿De verdad es un ensayo? Si tanto difiere de la peli, el mérito de Attemborough es mucho mayor. Me encantaría leerlo.
¿De verdad que la elegiste solo por contraste con Camino?
Por favor, Pepe, corrige esto:
Desde que la muerte le hiciera su primer respingo con la muerte de su madre, a: desde que la muerte le hiciera su primer respingo en la niñez
En la nota III quitar el segundo "de cine"
Gracias!
Creo que hay una novela que cuenta cómo se escribió Una pena observada y es de esa novela de la que sale el guión cinematográfico, no de la obra de Lewis en sí misma.
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