viernes, 28 de marzo de 2014

Jugando al escondite en Corea del Sur

Propone: Belén
Comenta: Rubén



Quizá si escribiera que me dispongo a comentar una película titulada Akmareul boattda os suene a chino, o mejor dicho a coreano, concretamente a surcoreano. Si anotara que comentaré I saw the devil, seguramente alguien ya sabría sobre qué película versará el comentario, pues así la presentó Belén, y se tradujo en este nuestro país como Encontré al diablo.
Pues sí, vimos Encontré al diablo, una película surcoreana del año 2010 dirigida por Kim Ji-Woon, director de la misma nacionalidad, y protagonizada por dos traviesos de la interpretación: Lee Byung-hu en el papel de poli bueno y Choi Min-sik en el papel de psicópata maligno; pero tan perverso que a su lado el Genio Maligno cartesiano es el de Aladino. Aunque si lo pienso fríamente no sé quién de los dos personajes es más rarito.


Os pondré en situación desentrañando un poco el argumento de la película. Dicho esto, si alguien quiere verla, le emplazo en un videoclub (¿por qué se seguirán llamando así si ya no hay vídeos?) y que se la alquile, pero que no siga leyendo.
Veo que sigues leyendo, eso quiere decir que no te importa que te cuente el argumento... o que no quieres ir a alquilar la película. Pues vamos allá: Un psicópata se dedica a descuartizar mujeres, hasta que se topa con una joven que es la novia de un agente secreto y, además, la hija de un jefe de policía retirado (todo queda en familia). El muchacho queda destrozado y jura venganza. Consigue encontrar al asesino mientras viola a otra de sus víctimas y aquí empieza lo bueno. En lugar de detenerlo, le rompe una muñeca y le mete un pequeño transmisor y geolocalizador para poder escucharlo y seguirlo por todas partes, evitando así futuros delitos, tales como violaciones, asesinatos, atracos y demás zarandajas fuera de la ley. Pero claro, esto incomoda mucho al sujeto que no puede terminar un solo trabajo tranquilo, pues siempre le desbarata sus planes el viudo policía.

A cada intento frustrado de delito, el poli bueno va cargándose una parte del cuerpo del psicópata maligno; de este modo, primero le lastima la muñeca, como hemos dicho, luego el tendón de Aquiles (y no, no es la alusión al mundo clásico que hay en todos mis comentarios, se llama así) y alguna parte más sucesivamente. El ingrato perseguido manco y cojo busca refugio en casa de un amigo, otro asesino (Dios los crea y ellos se juntan, que diría el Refranero popular, tan sabio él) pero en este caso además es caníbal. Cuando el poli bueno llega a la casa gracias al rastreador y se encuentra allí a un caníbal, a su novia, a su “amigo” el psicópata y a un par de rehenes, aquello tiene toda la pinta de convertirse en un festival bermellón, cual habitación lynchiana.
Pero por reveses del hado, el asesino se entera en un hospital del parásito tecnológico que habita en su interior y tras una ingesta masiva de laxantes, capaz de hacer adelgazar a un elefante, consigue expulsarlo y lo mete en un coche. Lo que yo no me explico en este momento de la película es cómo pudo haber sobrevivido tanto tiempo con semejante estreñimiento.


Claro, nuestro ¿héroe? se queda ciego y sordo no en sentido literal, pero al perder el factor sorpresa y la información que el aparatito le daba ya no podrá evitar los futuros delitos de su obsesión. El caso es que al final lo atrapa y le prepara otra bromita de fin de fiesta.

Para concluir, he leído de la pluma de Carlos Boyero que la película bebe de la saga Saw y de las cintas Seven y Zodiac del director David Fincher. Yo sólo he visto Seven de todas éstas por lo que puedo opinar poco.

3 comentarios:

J. Antonio dijo...

Muy buen comentario Julián.

Jejejeje, es broma, Rubén. (Como decías que parecía que el comentario era de Juli...)
La verdad es que leyendo el comentario me he dado cuenta de que había olvidado por completo lo que pasaba en esta peli, y casi me ha interesado más lo que te leía que lo que vi en su día en pantalla. La explicación (aparte de los méritos del comentarista) puede ser que hay varias pelis policiacas surcoreanas muy similares a ésta y ya las confundo. Lo que evidencia que quizá ésta no sea una de las mejores. Respecto a las fuentes de las que dice Boyero que bebe esta peli, yo casi diría que la veo más próxima a Saw que a las otras dos.

JULI dijo...

Yo veo en esta película más reminiscencias a Kim Jong Nosécuál y a su particular sentido del humor y de ver la vida.

Víctor dijo...

La película tiene efectivamente momentos bufos a la coreana: por ejemplo, cuando Kyung se va a entregar y es agarrado por su némesis no sin primero hacer saltar la puerta del coche. Estoy de acuerdo con el sentir general, y por eso me sorprendió mucho encontrar una opinión para mí respetable que casi la ensalzaba, sobre todo debido a cómo el vengador, de tanto aproximarse al monstruo, acaba devorado por él: ¿quién es ya más psicópata, el asesino de mujeres o el obseso policía?
Sin embargo, aunque el Mal en lo que tiene de unilateral y arbitrario hace acto de presencia, no creo que en este cine los
personajes que lo encarnan lleven el drama dentro, más bien lo actúan, como si fuera una broma, pesada como a veces la vida misma.